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Hernán Jasen es uno de los grandes baluartes que salieron de Bahía Blanca, la ciudad que respira básquet, reconocida como “La capital del básquet argentino”. Además de Pancho, salieron otras grandes figuras como Manu Ginóbili, Ale Montecchia y Pepe Sánchez.

Pancho tuvo una extensa carrera como jugador, a la cual decidió ponerle punto final, por lo menos desde la parte profesional, en 2018. Pero luego continuó jugando en su Leandro Alem, el club que lo vio nacer. Jasen fue integrante del seleccionado argentino que ganó el Torneo de las Américas de 2011 disputado en Mar del Plata, además estuvo presente en el Mundial 2010 de Turquía en el cual Argentina fue quinta y en los Juegos Olímpicos Londres 2012 donde la albiceleste fue cuarta.

Ahora, ya finalizada su carrera como jugador y pocos meses después de finalizar su etapa dirigencial como Director Deportivo de Estudiantes de Madrid, pondrá en marcha una nueva, la de entrenador. A esta nueva faceta también la desarrollará en Alem y tendrá un condimento especial: dirigirá a su hijo.

Hablamos con Pancho para conocer cómo surgió esta posibilidad, las sensaciones que esto le genera y mucho más.

-¿Ya habías tenido otra experiencia cómo entrenador o será la primera?
.Es la primera vez que voy a tener la experiencia como entrenador a lo largo de una temporada. Si, en ciertos momentos me ha tocado dirigir en situaciones especiales pero no de una forma continua durante un año entero.

-¿Qué te motivó a ser entrenador ahora? ¿Por qué elegiste Alem?
.Lo que me motivó es un poco la etapa de la vida en la que me encuentro. He pasado por distintos lugares deportivamente, me tocó ser durante muchos años jugador, luego director deportivo, y creo que era un buen momento para poder empezar a compartir todas las experiencias, los conocimientos que a lo largo de mi carrera deportiva fui adquiriendo y tratar de ofrecérselos a los chicos. Me gusta la idea de transmitir valores, enseñar en cuanto a los conceptos técnicos y tácticos del básquet, por eso creo que me agarraron ganas de dirigir. Estando en mi ciudad, con mi familia, siempre entendí que el lugar que más me gustaba para poder hacerlo es el club en el cual me formé como jugador y como persona, donde inicié todo. Es una manera de cerrar el círculo, de hacerlo donde yo aprendí a jugar con distintos entrenadores. Ahora soy yo el entrenador y el que tiene que enseñarles a los chicos todo lo que yo aprendí y por eso es el lugar en el que más cómodo me siento y donde más disfruto el día a día de estar dentro de una cancha.

-¿Cuáles son los objetivos de temporada con el equipo y los personales?
.Como todo. En general los objetivos que me propongo, más que nada, nunca pongo un resultado por encima del desarrollo tanto personal como deportivo. Tengo que entender que los entrenadores estamos para mejorar a los chicos, sentirnos satisfechos de que cuando empiezan están en un nivel de juego y terminan mejorando, en todo lo que pueda ser el desarrollo técnico de ellos. Creo que son edades donde hay que trabajar la técnica individual que es clave para después resolver las situaciones tácticas que suceden en los partidos, por eso hay que hacer mucho trabajo en ese aspecto. Ni hablar de los valores: jugar en equipo, los horarios que hay que cumplir, el respeto que hay que tener hacia todos. Son muchas cosas las que me pongo como objetivo pero siempre hablando del desarrollo personal y deportivo, no me importa el resultado. Me preocupa que los chicos cuando terminen, sean mejores.

-¿Creés o sentís que es un inicio, un arranque para una nueva faceta de tu vida y que puede ser el comienzo de una nueva carrera personalmente?
.Hoy te diría que no, mi mirada está a una distancia corta en el sentido que lo hago porque quiero disfrutar de esta experiencia. Además está mi hijo también en la categoría, con lo cual me estimula mucho poder dirigirla. No estoy mirando hacia futuro o proyectándome en una carrera como entrenador. No lo estoy pensando hoy. Quiero ir paso a paso, disfrutando del camino que empiezo a recorrer ahora y después el tiempo lo dirá.

-¿Qué significa para vos poder dirigir a tu hijo?
.Dirigir a mi hijo me ilusiona mucho, me gusta. Es una forma de ayudarlo en su crecimiento. Es algo que siempre lo pensé, de alguna manera encontrar el momento para poder enseñarle, compartir con él un montón de cosas, no solamente fuera de la cancha sino también dentro, no solo con Joaquín sino también con mis otros dos hijos que también están jugando siempre, Naiara que tiene 16 y Tomás que tiene 10. Es lindo poder estar dentro de una cancha de básquet, hablar con tu hijo, explicarle, compartir situaciones, vivencias, emociones. Es uno de los estímulos más importantes que tuve a la hora de querer dirigir.

-De todos tus logros deportivos como jugador, ¿cómo ubicas o cómo calificas esta posibilidad de poder dirigir a tu hijo?
.Más que un logro deportivo creo que esto es un logro humano, un logro personal porque voy a tener la posibilidad de dirigir a mi hijo. Lo pongo en una parte importante de mi vida más allá de lo deportivo, te vuelvo a repetir, no me importa si ganamos, salimos campeones o salimos últimos, me da igual. Realmente lo que quiero es vivenciar esta experiencia y esta relación desde otro lado, dentro del lugar donde amo estar que es dentro de una cancha de básquet y qué mejor que poder compartirlo con mi hijo. Para mí es un logro personal importantísimo en mi vida que lo voy a recordar siempre. Estoy muy contento que eso suceda y estoy listo para comenzar.

Federico Radulovich / [email protected]
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