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El quinto juego de las Finales de la NBA fue, sin lugar a dudas, la consagración de Jalen Williams como algo más que una pieza secundaria en el engranaje de Oklahoma City Thunder. El alero explotó con 40 puntos en 35 minutos, anotando 14 de sus 25 tiros de campo (56%), incluidos 3 de 5 en triples (60%) y 9 de 12 desde la línea de libres (75%). Más allá de la cifra redonda, lo que impresionó fue el cómo y el cuándo: anotó 10 puntos en el segundo cuarto, 13 en el tercero y 11 en el último, con una frialdad quirúrgica para ejecutar en los momentos más calientes del encuentro.

No se trató solo de volumen ofensivo. Williams terminó con un +14 de plus/minus, el mejor del equipo junto a Luguentz Dort, y aportó además 6 rebotes, 4 asistencias, 1 robo y apenas una pérdida en todo el partido. En el costado defensivo, fue el mejor defensor perimetral de OKC: limitó a Tyrese Haliburton a 28.6% de efectividad, a Aaron Nesmith a 37.5% y a Obi Toppin a 33.3%, en una muestra de tenacidad que se reflejó también en su habilidad para sortear pantallas y no permitir que Haliburton comandara los ataques con comodidad. Su impacto en ambos lados del campo lo convirtió en el termómetro emocional y estratégico del Thunder.

Desde que comenzaron las Finales, Williams promedia 25.8 puntos, 5.6 rebotes y 4.2 asistencias, con una eficiencia notable. En los últimos tres partidos consecutivos superó la barrera de los 25 puntos, una marca que solo otros cuatro jugadores menores de 25 años habían logrado antes en esta instancia. Un juego que abre el debate para el MVP de las Finales consagrando a una "segunda espada", tal como lo consiguió Jalen Brown la temporada pasada o en el pasado Tony Parker con los Spurs.

Y cuando más lo necesitaban, con Indiana reduciendo una ventaja de 18 a solo 2 puntos (95-93) con 8:30 por jugar, Williams salió a sentenciar el partido: un triple, una bandeja tras contacto, una flotadora imposible y un fadeaway desde la media distancia para cerrar la faena. En ese tramo decisivo, firmó 10 de sus 40 puntos, sin errores. Aún con SGA promediando 32.4 puntos, 5.0 asistencias, 2.4 robos y 1.8 tapas en la serie, las luces del quinto juego brillaron sobre J-Dub. Si Oklahoma se consagra en el sexto partido y él repite un rendimiento similar, el trofeo Bill Russell podría tener un nuevo dueño inesperado… pero merecido.