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Los Pacers vivieron una noche difícil en el cuarto juego de las Finales. A falta de 12 minutos para el final, tenían una ventaja de 87-80 y parecían tener todo bajo control para dejar la serie 3-1. Sin embargo, el Thunder despertó en el último período, venció 111-104 e igualó así la final a dos triunfos por bando.

Durante el tercer cuarto, Oklahoma City estaba contra las cuerdas. Shai Gilgeous-Alexander estaba agotado, Chet Holmgren arrastraba una torcedura de tobillo y el ataque del Thunder no encontraba soluciones. Ese panorama comenzó a cambiar cuando Alex Caruso entró en el último período y ayudó tanto en defensa como en ataque, dándoles nuevas alternativas en el encuentro.

De ahí en más, el Thunder encontró espacios para que Gilgeous-Alexander lastime. Por el lado de los Pacers, el equipo perdió fluidez en el ataque, sin mover el balón ni encontrar posiciones fáciles de tiro. Apenas anotó un punto en los más de tres minutos finales, en un descenso de rendimiento que ayudó a Oklahoma a llevarse el triunfo.

Ahora, Indiana deberá ir a Oklahoma a robarse otro punto más. A lo largo de esta temporada, los Pacers demostraron que están acostumbrados a vencer en territorio ajeno, pero esta caída deja tocada a la plantilla. Aun así, si algo han dejado claro es que están preparados para dejar atrás las adversidades y dar la sorpresa en el lugar más difícil. Pero esta vez fue diferente, esta vez el remontador fue remontado.