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Los Pacers se levaron el tercer juego de las Finales de la NBA, imponiéndose 116-107. Un momento clave del encuentro fue la destacada actuación de TJ McConnell, quien logró una marca histórica al registrar 10 puntos, cinco asistencias y cinco robos en solo 15 minutos, algo nunca antes visto en unas Finales. Su desempeño encendió a la afición y recibió elogios de sus compañeros, especialmente de Tyrese Haliburton, quien reveló el apodo que le pusieron: La Gran Esperanza Blanca.

Gracias al impulso que les brindó McConnell, los Pacers tomaron ventaja de 2-1 en la serie, acercándose a lo que podría ser su primer título de la NBA. El papel de la banca fue fundamental, con McConnell y Bennedict Mathurin liderando el ataque. Mathurin, también exjugador de Arizona, fue el máximo anotador del encuentro con 27 puntos.

La mención del apodo de McConnell, La Gran Esperanza Blanca revive un concepto cultural con una larga historia en la NBA. Este término se ha utilizado para describir a atletas blancos que destacan en deportes dominados por afroamericanos, como fue el caso de Larry Bird en los años 80. Bird no solo brilló con los Celtics, sino que su figura generó un debate más amplio sobre la raza y el deporte en Estados Unidos.

La referencia a Bird resalta cómo ciertos jugadores trascienden lo deportivo para convertirse en símbolos culturales. Su rivalidad con Magic Johnson marcó una época dorada de la NBA, intensificando la atención mediática y social sobre el juego.