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Shaquille O’Neal fue uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA. Determinante e imparable como pocos. Cuando recibía la pelota en la zona pintada, era imposible de parar. Su tamaño y su peso, lo volvieron un jugador temido por todos. A lo largo de su carrera logró ganar cuatro anillos de campeón, tres de ellos formando una de las parejas más recordadas junto a Kobe Bryant en Los Angeles Lakers.

Shaq es conocido por su gran carrera como jugador pero tras su retiro, además de ser uno de los mejores analistas de la NBA, suele dar cátedra con sus lecciones de vida, sobre sus historias y anécdotas que marcaron su carrera. En una reciente aparición en el podcast “Cracks”, contó una situación vivida con su padre que cambió su carrera para siempre.

La historia comenzó luego de un partido muy malo de parte de Shaq ante New York Knicks. “Tuve un desempeño horrible. Me llamó mi padre y me dijo que volviera a su casa y a las 5 de la mañana del día siguiente esté listo para salir a la calle”, recordó O’Neal. El partido había sido de visitante así que tenía el viaje de regreso en el medio.

A las cinco de la mañana, se subieron al coche y comenzaron a conducir en silencio. “Mi padre no hablaba. No hables hasta que te hable”, recordó O'Neal. Tras un largo trayecto en silencio, llegaron a un lugar bajo un puente donde vivía un hombre sin hogar junto a su familia. “Mi padre apagó el coche y simplemente esperamos”, contó. Al poco tiempo, el hombre sin hogar se despertó, seguido por su esposa y dos hijos pequeños. En ese momento, el padre de Shaq le dijo: “Eso es presión. No saber de cuándo vendrá tu próxima comida. Ustedes, atletas ricos, piensan que saben lo que es la presión, pero no tienen ni idea. Aún con un mal día en el trabajo, seguís recibiendo tu sueldo. Esto es presión”.

Estas palabras quedaron grabadas en la mente de Shaq, quien siempre tuvo presente la importancia de mantener los pies en la tierra y valorar lo que realmente importa. Para cerrar, O’Neal destacó lo último que le dijo su padre esa madrugada: “La presión no es fallar en un partido. La presión es luchar por sobrevivir día a día”.