Basquetplus.com

Kobe Bryant, conocido por su intensidad en la cancha y su implacable capacidad de anotación, siempre tuvo entrenadores que le pedían moderar su volumen de tiro. Sin embargo, en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el legendario entrenador Mike Krzyzewski le hizo una solicitud muy diferente: que lanzara más.

Kobe llegaba a Beijing tras ganar su primer y único MVP de la temporada regular, siendo considerado el mejor jugador del mundo. Pero, en lugar de centrarse en su ofensiva, Bryant decidió sacrificar su juego para fortalecer a su equipo. Durante el primer entrenamiento con el equipo de Estados Unidos, Kobe no intentó un solo tiro. Esta decisión sorprendió incluso al experimentado Coach K, quien después del entrenamiento lo llamó y le dijo: "Mira, te he visto destruir equipos ofensivamente. ¿Podrías lanzar la maldita pelota?". Kobe, con una sonrisa, prometió que lo haría. Estas declaraciones fueron reveladas por el propio Krzyzewski en el podcast The Old Man and The Three.

Este cambio de enfoque fue parte de una estrategia más amplia de Bryant. Sabía que, para ganar el oro, tendría que enfrentarse a los mejores del mundo, incluyendo a Argentina, y a su estrella Manu Ginóbili. Kobe se preparó semanas antes del torneo, visualizando su duelo con el escolta argentino. El enfrentamiento finalmente ocurrió en las semifinales, pero Ginóbili se lesionó al inicio del partido, desmoronando las esperanzas de una Argentina competitiva y cambiando la dinámica del juego.

Kobe jugó 32 minutos, anotando 12 puntos en la victoria de Estados Unidos por 101-81 sobre Argentina. Aunque el duelo que había anticipado no se concretó, la preparación y el enfoque de Kobe dejaron claro que estaba listo para cualquier desafío. En esta ocasión, el pedido del Coach K, lejos de limitar su juego, lo preparó para una misión mayor que marcó la diferencia en el camino hacia el oro.