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La noche inaugural del Prefederal de la Provincia de Buenos Aires tuvo una vuelta por la que se esperó 18 años en Olavarría. Es que Federico Marín volvió a ponerse la camiseta de su Estudiantes y fue la figura del triunfo ante Racing en el clásico de la ciudad por 76 a 70, con 22 puntos del pájaro, que luego de este torneo llegará a Peñarol para jugar la Liga. Es más, con este triunfo cortaron una racha de 15 años de derrotas ante este rival.

El Pájaro jugó entre 1998 y 2002 en una primera etapa y luego en la 2005/06 a su vuelta de un periplo por Italia. En total fueron 152 partidos consiguiendo dos títulos de Liga Nacional, un Panamericano de Clubes, una Liga Sudamericana y un Top 4.

Después de bajarse de la Liga Argentina, el Bataraz había disputado un Federal y ahora volvió a jugar de la mano de Marín. En charla con los medios locales, expresó: “Tengo mucha felicidad; obvio que disfruto ganar, pero me alegra más que toda la ciudad pueda disfrutar del básquet como en las viejas épocas. Hay que volver a integrar el deporte en la Ciudad y es lo que pregono, obvio que disfruto ganar, pero el objetivo es otro, es construir”.

Además, agregó: “Nos encontramos con esta situación de que el básquet estaba dejado, pero el club está entusiasmado y es la única manera de dejar algo para el futuro, si clasificamos al federal bienvenido sea, pero quiero construir día a día y encontrar el año que viene un Estudiantes un poquito mejor”.

Y reveló el motivo de su vuelta: “Tenía muchas ganas de hacer cosas en el Club y tenía una deuda con Richard (Moyano, histórico utilero del Bataraz), me da emoción porque le había dicho que me iba a volver ver con esta camiseta y me estarán viendo con mi viejo desde el cielo y estarán como locos”. Y también su llegada a Estudiantes se da para jugar con su hijo: “Hoy no puede jugar por una cuestión de reglamento, pero es una felicidad plena disfrutar la naranja con mi hijo, es impagable”.