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El plato fuerte de la primera jornada de la Final Four no defraudó a nadie y el Real Madrid y el Barcelona regalaron un clásico de los mejores, con dominios alternados, incertidumbre y, al final, el batacazo de los blancos, que tras ir perdiendo 47-34 en el tercer cuarto, lo dieron vuelta para ganar 86-83 y meterse en la final luego de 4 años, justamente en esta misma cancha. 

El Madrid empezó muy bien, confundiendo, sin pivote y con Deck y Yabusele como internos, y le sacó jugo durante un rato, poniéndose 14-8 con 10 del francés, incluidos dos triples. Hecho el daño, Laso buscó siempre ir por delante desde lo táctico, pero tuvo un percance en el arranque, porque Williams Goss se dobló un tobillo y quedó fuera de juego a los 50 segundos del partido. Eso obligó al coach a sobreutilizar a Llull, y a Abalde como base alternativo. 

Barcelona buscó construir su triunfo con mejores defensas, corriendo y apoyándose en la capacidad anotadora variada de Mirotic, que con Laprovittola asumió el ataque catalán. El segundo cuarto fue un recital del Barsa, porque Mirotic la metió de lejos (14 puntos en la primera mitad), Lapro cada vez que tuvo un hueco hizo daño (11) y el desgaste físico empezó a hacer mella en un Madrid donde Yabusele quedó en off y tuvo pocas vías de gol confiables. Una, Deck, con sus clásicos posteos o cortes al cesto. Muy poco. 

Después de sacar 13, 47-34, el Barcelona cometió el peor de los errores, que fue confiarse. Pensar que su rival estaba muerto. Pero el Madrid tiene muchos nombres con demasiadas batallas como para confiarse. Y uno de los que suele salir en estos casos, y lo hizo una vez más, fue Fabien Causeur. El francés (clave en la final acá mismo en el 2018), se puso al hombro al equipo, y con Abalde como lugarteniente y Llull como ejecutor, llevó al Madrid a un parcial de 26-7, para pasar a ganar 60-56 al entrar a los 10 finales. Y todos defendieron bien, obviamente. 

Barcelona venía con muchos problemas para anotar (demasiados minutos sin Mirotic y Lapro al mismo tiempo, sus principales goleadores), y los mantuvo. El Madrid sacó 7 controlando el juego, siendo inteligente para atacar, aprovechando las ventajas cerca del cesto con Poirier y defendiendo. Barcelona empezó a sentir la presión del partido, y entonces aparecieron los que debían aparecer: Mirotic y Lapro. El argentino clavó dos triples seguidos y Mirotic sumó cerca del cesto para empatar en 75. 

Se venía la noche para el Madrid, y otra vez fue a rescatarlo Causeur: triple primero y robo más doble después, para entrar a los dos minutos finales 5 arriba. Ajedrez. Dos buenos ataques del Barcelona más una buena defensa y todo a 1 punto de nuevo. Definición mágica. Como el primer partido. Al Madrid no le tembló la mano después de sacar 3 para liquidarlo desde la línea, con 2 rebotes ofensivos clave, uno de Deck y otro de Yabusele. Deck sumó 7 puntos y 7 rebotes y Lapro 17. 

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Fabián García / [email protected]

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Enviado especial a Belgrado, Serbia