Caro Sánchez: “Puede ser que juegue hasta los 50, ja”
13:04 04/09/2024 | La mendocina es noticia: a sus 48 años se prepara para afrontar una nueva temporada en la A2 de Italia. Antes de partir, nos dejó sus sensaciones y expectativas.
Cualquiera pudiera decir que una mujer a los 50 años debería estar disfrutando de sus nietos, en realidad una persona sin importar el sexo. Pero eso está lejos de importarle a Carolina Erica Sánchez. La mendocina es una de las jugadoras más importantes de la historia del básquet argentino y, camino a la mitad del siglo, pocas intenciones tiene de alejarse de una cancha de básquet.
Caro comenzó su expedición por tierras europeas cuando era muy chica, tenía apenas 15 años cuando armó las valijas, cruzó el charco y empezó a jugar en Italia. Luego pasó por otros países del Viejo Continente, regresó a Argentina, jugó en Sudamérica, vistió la camiseta de la Selección Argentina por muchos años y hoy está a punto de convertirse en récord mundial. La mendocina, lejos de ponerle punto final a su carrera profesional, está por empezar una nueva temporada, la cual la va a terminar con 49 años, algo completamente impensado en el deporte profesional.
Pero no conforme con eso, redobla la apuesta y no descarta jugar hasta los 50. Antes de emprender un nuevo viaje a Italia, hablamos con Caro para conocer sus sensaciones, sus expectativas ante esta nueva aventura, su situación actual y qué espera de esta nueva temporada.
-No tengo la certeza pero tampoco tengo la duda, no creo que haya otra persona que esté por cumplir 49 años siga jugando con esa edad. ¿Qué te motiva a seguir jugando?
. Me motiva el hecho de que estando adentro de una cancha yo me olvido de los dolores que he sufrido en las rodillas. Gracias a Dios estoy bien. Puedo decir que a pesar de lo que he jugado este año, los minutos que he tenido, gracias a Dios tuve muy pocas lesiones. Obviamente sigo con los dolores, al otro día me levanto y me duele hasta el alma pero el hecho de volver a entrar a una cancha, entrar en calor, jugar, el motivarse por los objetivos, este año tuvimos la suerte de clasificarnos a la Copa Italia y fue una experiencia muy buena volver a vivir otro campeonato, estar casi en semifinales de una competencia tan importante como la Copa Italia, esas cosas no te las esperas y te llegan y la seguís disfrutando, las seguís viviendo, creo que es algo de mí que me hace seguir y que me hace que me cueste horrores decir basta. En este momento, obviamente que me está costando porque yo sé que cuando yo no estoy bien, en ritmo, me siento mal yo en el sentido de que me cuesta. Yo sé que ya está llegando el tiempo de decir ‘basta. El cuerpo ya no da para más’. Estoy cansada pero porque he estado en una situación complicada y sé que voy a volver a entrar a esa cancha, voy a volver a hacer la parte física, voy a empezar con el ritmo de que ya viene otro campeonato y es algo que me llena. No se puede explicar con palabras. Mi mamá misma me dice ‘bueno basta Carolina, hasta cuándo vas a seguir jugando’ (risas). Hablo con mi representante, hablo con mi doctor el que me operó las rodillas y ellos me dicen ‘Caro vos seguí hasta que digas basta’.
-Digamos que la cancha de básquet es tu psicóloga.
. Sin dudas. Es mi cable a tierra, pero a full. Siempre he dicho que en momentos difíciles de mi vida, de perder a mi papá, de perder a mi hermano, de perder a familiares, el básquet ha sido mi conexión a descargar todo lo que me pasa en mi vida. Nunca mis problemas los metí adentro de la cancha. Es como que entro a la cancha y se borra el resto. Estando con la situación que viví con mi mamá que estaba a punto de operarse, internada, yo a la distancia, no dormía porque con la diferencia horaria se me complicaba. Pero tenía que ir a jugar el fin de semana y estaba a full, como que tenía que desconectar y largar toda la ansiedad que tenía y los nervios. Obviamente no siempre en los partidos me salen bien las cosas, pero estoy enfocada en lo que tengo que hacer. Nunca, en situaciones incluso mucho más complicadas, nunca he mezclado mi vida personal con el básquet. Creo que el básquet es lo que me sacó a flote siempre en las situaciones más complicadas de mi vida. Eso es lo que me ayuda a seguir, a estar motivada, siempre sale algún proyecto o alguna ilusión. Por ejemplo este año el equipo que armaron va a ser muy competitivo y voy a tener mucho minutos menos los que voy a jugar, pero obviamente que no estoy buscando jugar los 40 minutos ni mucho menos. Hay jugadoras con las que me llevo 30 años de diferencia y voy a la par de ellas. Trato de que ellas me vean como una más.
-Matelica es un club que suele llevar jugadoras argentinas.
. Sí, estuvo Sofi Aispurúa creo que hasta que ascendieron. Después Sofi se fue. Ahora estamos con Pepo González. Ella está hace rato, creo que este va a ser su séptimo año.
-¿Ayuda el hecho de estar con conocidos de muchos años, de convivir, para seguir jugando?
. Sí, sin dudas. Tuvimos la mala suerte que en el sexto partido la Pepo se rompió la rodilla otra vez y no termina jugando esta temporada y ella era nuestro pilar principal. Es una jugadora que está en un muy buen nivel, ahora tiene 34 años pero se mantiene en gran manera. El entrenador nuestro que dirigió por primera vez en la rama femenina porque venía del masculino, él dice siempre ‘prefiero un argentino en mi equipo’, nosotras lo cargábamos porque ahora le tocaron dos (risas). Él ve que los argentinos te dan un plus extra de motivación, de demostrar lo que uno es capaz de hacer, a mí me dicen que ya no tengo que demostrar nada pero que estando en la cancha, entrenando, jugando, es otra cosa para las más chicas, otra motivación. Es algo lindo el ver, el saber que, a pesar de ser las más viejas, ellas necesitan de nosotras. Nos cuidan, nos protegen, si estamos medio tocadas nos dicen que no entrenemos porque tenemos que estar bien para el fin de semana, entonces ese afecto es importante, que te lo hagan sentir, eso me motiva mucho más.
-¿Te reconocen las chicas? ¿Saben quién sos, la trayectoria que tuviste, todo lo que jugaste?
. Hace unos meses me hicieron una nota en un medio grande de Italia, en un diario y revista, ahí se revolucionó todo un poco. Después se replicó en una web de básquet, entonces también vinieron de la televisión, ahí muchos equipos, gente que no me conocía, empezaron a reconocerme incluso con aplausos de hinchas de otros equipos, los mismos dirigentes. Algunas de acá ya me conocían por compartir equipo antes, otras me conocieron ahí. Esas notas revolucionaron todo un poco porque era de no creer que una mujer de 48 años estaba jugando todavía a ese nivel. Todas esas cosas son las que a mí me siguen llenando. Mis compañeras sí sabían, sabían que nosotras con la Pepo habíamos estado mucho tiempo en la Selección Argentina, que habíamos compartido equipo. Mi entrenador suele recalcar bastante siempre lo que hemos hecho, lo que hemos jugado, lo que hemos logrado, ponele le dice para motivarlas ‘estás jugando con una chica que jugó tres Mundiales’.
-Llevas casi 35 años jugando de manera profesional, ¿te cruzas con algunas de las jugadoras con las que vos jugabas?
. Sí, me he cruzado con varias y ahora con el tema de las redes tengo a varias, muchas de ellas eran las mayores que estaban en los equipos que yo integré y me siguen escribiendo y me dicen ‘Caro, no podemos creer que todavía sigas jugando’. Hay otras, más jóvenes, que ya se retiraron y cuando me ven, me dicen que no pueden creer que todavía siga jugando, que sigas aguantando. Hay muchas jugadoras en Italia que ahora están de entrenadora, como Laura Nicolini, que me dicen que estoy re loca. La vez pasada estuve por fichar en un club y uno de los dirigentes no quiso porque dijo que no podían fichar a una vieja de casi 50 años, eran dos clubes de A2, pero después vino otra persona de uno de esos clubes y me dijo que el dirigente me vio jugar y se arrepintió.
-Cuando pasó lo de tu hermano, estuviste unos meses sin jugar.
. Sí, no llegó a pasar un año pero estuve bastante. Hasta que tuve que decidir qué hacer. Obviamente no me volví al toque de Argentina porque él falleció en febrero y yo no sabía que hacer, si volverme o no. Obviamente tenía que seguir al lado de mi mamá porque era una situación bastante complicada. Yo no sabía si quería seguir jugando. Me quedé acá en Mendoza y surgió lo de San José. Ahí en esa etapa formé un poco el básquet femenino en el club, encabecé el proyecto para poner al equipo en la Liga Femenina y la Liga Federal. Además presenté un plan de trabajo con la selección provincial de las mujeres.
-Ese fue tu período más largo sin jugar.
. No. Me operé acá después que armé San José. Terminé el año con el menisco roto y me operé en marzo. En un mes y medio me puse a punto para jugar el Clausura acá. Me preparé y arranqué en un mes y medio. Fue toda la parte del verano la que me recuperé y arranqué acá en Mendoza. Después, cuando me rompí el menisco de la otra rodilla estaba en Italia, ya estaba por terminar la temporada en Italia, así que me operé allá y me vine para Argentina. Estuve unos meses parada y después volví a arrancar otra vez. En el 2017 tomé la decisión de venirme, me vine en diciembre porque tenía una artrosis que me estaba matando y no sabía qué hacer. Me di de baja en el club, me vine y empecé un tratamiento con mi médico y creo que fueron 5 meses los que estuve parada pero empecé a moverme, vi que el dolor se iba, que no seguía, así que me metí a jugar acá en Mendoza. Jugué pero viendo si en algún momento ya tenía que parar para siempre, pero cuando empecé a jugar, volvió al gimnasio, agarré ritmo de nuevo, y me fui a Italia. No hubo un gran período de estar parada.
-Cuando pasó lo de tu hermano, ¿pensaste en retirarte?
. Ahí sí. Ya tenía cancelada la opción de irme a jugar afuera, tenía la idea de instalarme acá en Mendoza. Me estaba encaminando re bien porque estaba trabajando con la Federación, con varios clubes, como entrenadora y me estaba formando como entrenadora, empecé a formar el femenino en San José, salimos campeones, entonces dije que no me iba a mover, me iba a quedar acá con la familia. Pero llegó un momento en el cual pensé ‘¿qué hago acá si yo me quiero ir a Italia?’. Me volvió a picar el bichito. Entonces pensé, busco un equipo de Serie B, busco mis cosas y me vuelvo. Esa era la idea. Me fui con mi pareja, surgió todo de nuevo, arrancamos y otra vez al ruedo. Siempre digo ‘acá o en algún lado tengo que quedarme asentada’, pero todavía sigo nómade.
-¿Podés asegurar que es la última temporada?
. Yo creo que sí. Siento demasiado el cansancio.
-¿Puede ser que dentro de 8 meses hablemos de nuevo y me digas que seguís hasta los 50 para marcar un hito?
. (risas y piensa) Podría ser. Si me ponen como un reto, yo me pongo y digo tengo que llegar a los 50. Mi marido ya está resignado y me dice ‘yo te sigo Caro, vos jugá hasta cuando vos quieras’. No tiene muchas opciones, ya me siguió, ya sabe cómo soy. Si termino esta temporada por lo menos bien, te diré qué puedo llegar a los 50, jugar esa temporada y terminarla con 50 y decir basta. Va a costar horrores, pero bueno, veremos cómo terminamos esta temporada.
Continuará…
Federico Radulovich / [email protected]
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