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El tricampeón San Lorenzo encara la 2018/19 con la idea conseguir algo inédito en la historia de la Liga Nacional: ganar cuatro títulos de manera consecutiva. Y al menos en la previa, las chances de que eso suceda parecen ser considerables, volviendo a presentar un plantel que excede el nivel de la competencia o incluso del básquet latinoamericano, tal como quedó demostrado con su título en la pasada Liga de las Américas. Más allá de una salida fundamental como la de Gabriel Deck, el equipo se ha reforzado lo suficiente como para no extrañar en demasía al santiagueño.

El principal desafío para Gonzalo García pasará por manejar la abundancia y sacarle el mayor jugo posible desde lo colectivo, a la gran calidad de individualidades del plantel (sus 10 jugadores podrían ser la figura de prácticamente cualquier otro conjunto del torneo). Más allá de que habrá momentos de descanso para algunos jugadores, sobre todo para la época de la doble competencia, está claro que varios jugadores que vienen acostumbrados a tener un rol protagónico, tendrán que adaptarse a rendir en 10, 15 o 20 minutos en cancha. Varios ya han demostrado que son capaces de hacerlo, pero en lo que respecta a los nuevos, todavía es una situación en estudio.

Yendo al equipo, es un hecho que el Ciclón presenta más variantes ofensivas que cualquier otro equipo de la Liga. Todos sus hombres pueden anotar 20 puntos en una noche y ser determinantes para una victoria, más allá de que jugadores como Dar Tucker, Donald Sims y Jerome Meyinsse, probablemente carguen con el mayor peso anotador. Lo interesante está en el balance que se encuentra entre uno de los mejores tiradores de la Liga (Sims) y varios definidores de excepción dentro de la zona pintada. No hay puntos flacos.

Si San Lorenzo es muy fuerte en ataque, qué decir de su defensa, donde realmente justifican sus victorias y títulos. Con varios excelentes defensores en el plantel (Aguirre, Mata, Fjellerup, Meyinsse, Calfani), sumados al mejor rebotero de la competencia (Dawson), los de Boedo mantienen el potencial de años anteriores, a pesar de haber perdido a pilares como Deck y Anthony. No lo harán durante los 40 minutos de todos los partidos, pero cuando aprieten el acelerador, será muy difícil anotarles. 

Si se da la lógica, San Lorenzo debería transformarse en el primer tetracampeón de la Liga y la jerarquía y profundidad de su rotación es un seguro de vida ante cualquier lesión o baja inesperada que pueda aparecer. En los papeles, no hay demasiados escenarios en los que los de Gonzalo García no vuelven a salir por la puerta grande, pero claro, esto es deporte y nada está grabado en piedra.