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Marcelo Milanesio es uno de los mejores jugadores que tuvo la Liga Nacional, sin dudas. Es un gran ícono del básquet argentino, marcó una época pero su legado se mantuvo para siempre. Hace poco se cumplió 20 años desde su retiro profesional y repasamos una historia de los últimos años de su carrera.

Marcelo se retiró con un título de Liga Nacional, fue en la temporada 2001/02 con un plantel en el cual él era la principal figura pero estaba rodeado de grandes jugadores como Leo Gutiérrez, Andrés Pelussi, Bruno Lábaque, Walter Hermann como figuras nacionales y pasaron extranjeros de gran jerarquía como Stanley Easterling, Joseph Bunn y JJ Eubanks, con Horacio Seguí como entrenador.

Por esos años, Atenas no solo era el mejor equipo de Argentina, sino que tenía una de las mejores canteras que había en el país en una época en la cual los juveniles tenían poca participación y no era fácil ver jugadores como ahora. Emiliano Martina, Rodrigo Álvarez, Fernando Funes, Martín Melo, Pablo Moya eran algunos de ellos.

Martín Melo, uno de los que integró ese plantel, comentó: “Para mi estar en ese equipo, entrenar con esas bestias, era como estar en Disney”. Luego, contó una historia desconocida. “Apenas terminaban los entrenamientos del equipo profesional de liga, Marcelo nos llamaba a todos los juveniles, nos llevaba para un lado de la cancha y nos hacía trabajar fundamentos. Después que entrenábamos, un buen rato, más de una hora, recién ahí se iba”.

Una faceta, hasta el momento, completamente desconocida de Milanesio que no hace más que agigantar su gran figura y el legado que dejó en el básquet argentino.