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El 2020 quizá quedará en la historia de la NBA como el año en el que más dinero dejó de ingresar luego de la pandemia que neutralizó la competencia durante 4 meses. Sin embargo, si se hace justicia, también será el año que deberá ser recordado como el de la consolidación de la NBA como la organización deportiva más importante del planeta. 

Lideró a todas las del mundo en un retorno a la actividad en formato de burbuja que rayó la perfección, y aquí entra en acción uno de nuestros personajes del año:

Adam Silver

No solo por ser el líder de este desafío que implicó 170 millones de dólares en gastos, sino por la decisión de hacerlo y, sobre todo, por cómo manejó la crisis interna que explotó en Orlando cuando Milwaukee se negó a jugar un partido y amenazó con quebrar un trabajo gigantesco que se había hecho. Silver cedió en muchas cosas, les dio a los jugadores todos los medios para que desarrollaran su protesta y jamás se puso en el rol de patrón. El resultado de la temporada lo premió: no hubo un solo contagio entre los jugadores, la realización fue magnífica y el broche fue recuperar como campeón a una franquicia de las que más recauda: Los Ángeles Lakers. 

LeBron James

LeBron tuvo un año súper activo. Adentro de la cancha, soportó la presión enorme de llevar a los Lakers al título tras un primer año en el que ni siquiera llegaron a los playoffs, y con 35 años se coronó con un tercer equipo (4º anillo), fue otra vez MVP y demostró que todavía tiene tela para rato. Afuera de la cancha, fue uno de los principales voceros del Black Lives Matter, y uno de los cabecillas para cortar todo en Orlando cuando se produjo el incidente con los Bucks. Su altísima popularidad y contactos hizo que una llamada de Barack Obama lo serenara y llevara a la reflexión. LeBron es hoy uno de los líderes deportivos fuera de las canchas más importantes del mundo. 

Luka Doncic

El esloveno de 21 años maravilló al mundo con una segunda temporada de ensueño. La NBA es demasiado fácil para él y todo indica que será cuestión de poco tiempo para que la maneje y domine a su antojo. Si le alcanzará para ser campeón pronto lo determinarán muchas cosas, sobre todo sus compañeros. Por ahora no parece estar en condiciones de aspirar al anillo, pero no durará mucho esta historia, en Dallas o en otro sitio.

Anthony Davis

Consagración total para un enome jugador, subvaluado en su dimensión por no estar en un equipo de punta. En los Lakers demostró que es megaestrella y se convirtió en la pareja perfecta para LeBron. Primer anillo de ¿cuántos?

Giannis Antetokounmpo

El griego se llevó por segundo año consecutivo el premio al mejor jugador de la temporada regular, y otra vez no pudo confirmar esas menciones individuales con un logro colectivo. Defraudó con sus Bucks. Decidió renovar y quedarse. Este año será clave para ver si es en Milwaukee donde podrá terminar el círculo con un título.

James Harden

Ódielo o ámelo, La Barba fue uno de los personajes del año, sin dudas. Atacante voraz, integrante de un equipo que jugó un estilo polémico (el small ball), otra vez volvió a demostrar falta de liderazgo para llevar a un equipo con mucho talento hasta el escalón más alto. Se agotó en el camino. Ya no le queda tanto tiempo para revertir esa imagen que viene dando. Lo más importante depende de él. 

Anthony Edwards

Fue elegido con el número uno del draft por Minnesota Timberwolves y un uno del draft siempre tiene la presión de demostrar por qué fue elegido allí. El dos ya no tiene esa presión. Es joven y talentoso, con mucho por desarrollar todavía.

Daryl Morey

El cerebro de los Rockets del small ball y la estadística avanzada, que se fue del equipo tras su peor año en la franquicia. Había empezado con un tuit apoyando la independencia de Hong Kong, que le costó una fortuna a la NBA, y terminó con un nuevo fracaso de Houston como equipo. Todos lo vieron como principal responsable, por lo que se fue del equipo, aunque encontró rápido un lugar nuevo donde seguir con sus originales ideas: Philadelphia. 

Rob Pelinka

El gran ganador fuera de la cancha. Pelinka fue en su momento el agente más importante de la NBA y su ingreso a la oficina de los Lakers generó un enorme revuelo, al punto que terminó con la salida de Magic Johnson de la franquicia, fastidiado con él. Sin embargo, en dos años reconstruyó a los Lakers con fichajes de jerarquía, empezando por LeBron, y lo llevó al título que se le negaba desde el 2010. 

Michelle Roberts

Otra gran ganadora fuera de las canchas. Roberts, presidente del gremio de los jugadores, iba a dejar su puesto cuando estalló la pandemia. Decidió retrasar su salida para liderar las negociaciones que terminaron en la burbuja de Orlando. Luego, fue clave en el conflicto con Milwaukee, y nuevamente clave en la negociación del límite salarial para los próximos años. Una gestora de calidad, que no necesita ni frases rimbombantes ni pelearse con los rivales (Silver), para llegar a buen puerto.