Especial

Extranjeros que hicieron historia: Lázaro Borrell

08:51 08/08/2020 | El cubano fue uno de los mejores jugadores extranjeros que pasaron por nuestra Liga Nacional. Era todo calidad, fundamentos y técnica. Un crack.

Lázaro y Lazarito en la Universidad de Kean, donde juega el muchacho (Foto Obras Basket)

A mediados de los años 90, Cuba tenía una generación de jugadores que hacían pensar que se podía volver a los primeros planos internacionales. Lázaro Borrell, Ángel Caballero, los hermanos Roberto y Ruperto Herrera, Augusto Duquesne, Andrés Guibert... era una excelente camada, pero el tema político fue mermando de a poco las chances del plantel como selección a medida que fueron desertando algunos. 

En esa época, una de las pocas excepciones que hacía Cuba, a partir de la buena relación de la Federación (manejada por Ruperto Herrera padre) y Miguel Mancini (presidente de Obras), era permitirle a su equipo nacional instalarse en Argentina durante varios meses, dejando que sus jugadores participaran de la Liga Nacional. Así, en 1998, Lázaro Borrell, el mejor de todo ese grupo, recaló por primera vez en el club de Núñez. 

En esa temporada 1997/98 el impacto de Lázaro fue brutal. Pudo jugar solo 17 partidos, pero sus números fueron de otro planeta: 29.8 puntos y 10.6 rebotes de promedio en 45.5 minutos por juego. Una locura total. Obras no llegó lejos, pero al año siguiente con el cubano más tiempo en el equipo, se metieron en semifinales. Luego le llegó la chance de la NBA y, además, desertó en el Preolímpico de 1999, por lo que quedó fuera de los planes de la selección cubana. 

En la NBA jugó para Seattle Sonics un año antes que lo hiciera el Colorado Wolkowyski. No tuvo mucho protagonismo, pero la historia dirá que fue el segundo cubano en llegar a esa Liga, luego de Guibert. Tuvo un paso posterior por la LEB española, por Puerto Rico, y en el 2002 volvió a Obras, instalándose en la LNB durante varios años. 

Otra vez dos semifinales seguidas, un mal año, una partida, y su gran chance en 2006/07: Boca Juniors. El equipo había fichado a Leo Gutiérrez y Lázaro era su complemento perfecto. Se sacó las ganas y consiguió su único título de Liga Nacional. Ya contento, volvió a Obras y jugó allí sus últimas 3 temporadas, hasta retirarse en el 2010 con 38 años. En nuestra competencia jugó 9 temporadas, 299 partidos, promediando 17.2 puntos y 7.5 rebotes.

Luego se radicó en Miami, donde sigue viviendo hoy, disfrutando de su hijo mayor, Lazarito, que jugó su primera temporada en la Universidad de Kean, en New Jersey. Lázaro padre disfruta ahora de su retiro con 47 años y extraña su barrio en Argentina. En la web de Obras Basket lo entrevistaron en junio y dijo: "De Núñez extraño todo, porque a mí siempre me trataron como un hijo". Nosotros también te extrañamos Lázaro. 

Lázaro en Obras (Foto Marcelo Figueras)

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