Informe

El mexicano-boricua José Alvarado toca el cielo con las manos

21:08 28/03/2022 | Los Pelicans le firmaron un contrato por los próximos 4 años, lo que le asegura su futuro económico.

José Alvarado cumplió doble sueño: la NBA y un contrato largo (Getty)

José Alvarado es de esos muchachos que entra por el corazón. Que llegó en base a esfuerzo, porque no fue elegido en el draft del 2021, porque creció como pudo en Brooklyn, porque sus padres latinos (mexicanos-puertorriqueños), lo educaron con mucho esfuerzo, porque a sus 20 años fue padre de una niña y se metió en un hermoso lío, sin saber si podría hacerle frente desde lo económico a la situación... pero siempre le puso el pecho. Y hoy tuvo su premio.

Los Pelicans le firmaron un contrato por los próximos 4 años, a razón de 6.5 millones de dólares, de los cuales, según Shams Charania, algo más de la mitad (3.4), serán garantidos. Los dos últimos años, no. Pero qué problema puede hacerse José si esto le cambia la vida. 

Surgido de Georgia Tech con buenos números, sin ser elegido en el draft, los Pelicans le dieron una chance con un contrato de doble vía (NBA/G-League), que José se encargó rápidamente de hacerle ver a New Orleans que debía ser de una sola vía: la NBA. Jugó apenas 5 partidos con Birmingham en diciembre, y se ganó un lugar en el equipo desde enero, convirtiéndose en un revulsivo. 

Para entender el cambio: desde octubre a diciembre, jugó 8 partidos de los 35 de New Orleans (récord 13-22). Desde el comienzo de este 2022 solo faltó a un partido, el sábado le metió 23 puntos a San Antonio (su mejor marca hasta ahora) y ya está en una media de más de 25 minutos en los últimos 5 partidos. Ah, y los Pelicans pasaron a tener un récord de 19-21, superando a los Lakers y subiendo al 9no puesto del Oeste. 

Hace apenas semanas, sus compañeros habían armado una colecta para que sus familiares de New York pudieran ir a verlo al Madison, cuando jugó contra los Knicks, y hasta Joel Embiid le pagó los 2.000 dólares de la falta técnica sufrida cuando discutieron entre ambos en el juego en Philadelphia. Hoy, si no hace locuras con el dinero, tiene el futuro cercano asegurado y, si sigue en esta senda, por qué no soñar en grande. Tiene apenas 23 años, mucha vida por detrás, a su pequeña Nazanin de 2 años recién cumplidos y el hambre de gloria.

Quizá se haga tiempo para aprender español y homenajear aún más a su adorada abuela Diana Martínez, fallecida en 2016, que fue su ejemplo de vida en las épocas de Brooklyn. Quizá, incluso, termine poniéndose la camiseta de Puerto Rico en un futuro próximo. O la de México. La realidad es que su corazón latino ganó una gran batalla.
 

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