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Cooper Flagg, la sensación de Duke y máximo candidato a ser el primer pick del Draft 2025, sorprendió al dejar abierta la posibilidad de continuar un año más en la NCAA. En una entrevista con The Athletic, el ala pivote expresó su deseo de volver la próxima temporada: “Mierda, quiero volver el año que viene”. Más allá del factor deportivo, su decisión podría impactar directamente en su futuro financiero, retrasando su llegada a la NBA y, con ello, su oportunidad de firmar un contrato récord en la liga.

Según proyecciones de Front Office Sports, si Flagg ingresa al Draft 2025, su segundo contrato en la NBA arrancaría en la temporada 2029-30, con un potencial vínculo de cinco años y 398.5 millones de dólares, basado en el actual crecimiento del tope salarial. Incluso con una estimación más conservadora del 4% de aumento anual en el límite, su extensión podría alcanzar los 301 millones, con un salario superior a los 60 millones por año. Comparado con casos recientes como Cade Cunningham, Zion Williamson o Anthony Edwards, quienes aseguraron la máxima renovación, Flagg tiene grandes posibilidades de alcanzar cifras similares si cumple con las expectativas.

A sus 18 años, el joven fenómeno tiene la ventaja de la edad a su favor, pudiendo ingresar a la NBA con 19 años en 2025 o con 20 en 2026 sin perder atractivo como prospecto. Sin embargo, retrasar su debut implica postergar el inicio de su camino hacia un megacontrato en la liga, lo que podría hacer que su decisión sea difícil de justificar desde el punto de vista financiero.