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Mientras el mundo del básquet gira en torno a Cooper Flagg, señalado como un talento generacional que liderará el Draft de la NBA 2025, Dylan Harper emerge como un digno contendiente y potencial "premio consuelo". Este joven zurdo de los Rutgers Scarlet Knights, hijo de Ron Harper, leyenda que compartió cancha con Michael Jordan y Kobe Bryant, está escribiendo su propia historia. A sus 18 años, el base combina habilidades físicas sobresalientes con una inteligencia táctica que lo convierten en una opción segura para equipos necesitados de liderazgo inmediato.

Harper ha iniciado la temporada de la NCAA con actuaciones que demuestran su capacidad para marcar diferencias. Promedia 23.8 puntos por partido, el tercer mejor registro de toda la División I, y ha protagonizado exhibiciones como los 37 puntos contra Alabama y los 36 ante Notre Dame. Con 2 metros de altura, destaca como un comboguard capaz de penetrar y definir cerca del aro con notable efectividad. Sin embargo, su talón de Aquiles es el tiro de larga distancia, donde apenas alcanza un 28.6% de acierto. 

El apellido Harper lleva peso en la NBA, y Dylan no escapa a las comparaciones. Su estilo agresivo y físico recuerda a jugadores como Dejounte Murray, pero su madurez y visión lo acercan al impacto que podría tener un James Harden joven. Además, su contexto familiar agrega un atractivo especial: su padre fue campeón en cinco ocasiones, mientras que su hermano, Ron Harper Jr., compite en la G-League.

Su herencia deportiva, combinada con su perfil de estrella emergente, lo convierte en un prospecto irresistible para franquicias en los fondos de la clasificación, que podrían convertirlo en la pieza clave de su renacimiento. Hoy por los de mayor chance son New Orleans, Washington Wizards, Philadelphia 76ers y Utah Jazz. Si bien Cooper Flagg sigue siendo la gran apuesta, Dylan Harper está reduciendo la brecha y podría complicar a cualquier equipo que tenga la primera elección.