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Boston Celtics y Golden State Warriors se verán las caras en una nueva final de la NBA para definir quién se quedará con el anillo y el trofeo Larry O'Brien de campeón. Los de la bahía tuvieron un buen andar en postemporada, venciendo a Denver Nuggets, Memphis Grizzlies y Dallas Mavericks para llegar a las finales. Mientras que los de Ime Udoka barrieron a Brooklyn Nets y tuvieron que luchar más de la cuenta ante Milwaukee Bucks y Miami Heat para acceder a la instancia decisiva.

Será la primera vez en 12 años que Boston llegue a las finales y buscará repetir el título conseguido en 2008. Tiene 22 finales disputadas y es, junto a Los Angeles Lakers, el equipo que más títulos consiguió con 17. En esta serie no tendrá ventaja de localía, ya que los Warriors lograron tan solo dos triunfos más en la temporada regular. El equipo de Steve Kerr regresa a las finales desde 2019 y en el lapso entre 2914 y 2019 consiguieron tres títulos en cinco oportunidades.

Existe un antecedente entre ambas franquicias y data de 1964. Era un juego totalmente distinto, donde el tiro de tres puntos era inexistente y los pivotes prevalecían sobre los perimetrales. Los Warriors tenían el nombre de San Francisco y contaban con figuras como Wilt Chamberlain, Nate Thurmond (dos futuros miembros del Hall of Fame).

Los Celtics llegaban a esa final con un equipo increíble, al mando del mítico Red Auerbach. Entre 1957 y 1964 disputaron todas las finales de la NBA y consiguieron seis títulos sobre siete posibles. Boston tenía un equipazo que lo conformaba Bill Russell, K.C. Jones, Sam Jones, Tom Heinsohn, Frank Ramsey y John Havlicek, también todos miembros del Salón de la Fama.

Ambos equipos ganaron sus respectivas divisiones y llegaron a las finales de conferencia. Los Celtics se cargaron a Cincinnati por 4 a 1, mientras que los Warriors hicieron lo propio ante St. Louis por el mismo resultado. El primer juego de las finales fue en el viejo Boston Garden, con triunfo de los de Auerbach por 108-96 con 28 puntos de Sam Jones y 25 rebotes de Bill Russell. Chamberlain se puso el equipo al hombro, pero no le alcanzaron las 22 unidades y 23 rebotes que cosechó.

En el segundo juego hubo mayor diferencia para Boston, que se quedó con el partido por 1254-101. Hubo otra estupenda actuación de Sam Jones con 31 puntos y la balanza empezaba a inclinarse para el lado de los de Massachusetts. Pero en el tercer partido de la serie, Chamberlain tuvo una actuación descomunal y los Warriors descontaron con un triunfo por 115-91. El mítico pivote se despachó con 35 puntos y 25 rebotes para darle vida a su equipo.

Boston necesitaba un triunfo fuera de casa y lo consiguieron en el juego 4. Fue un partido muy cerrado, donde los de Auerbach sacaron una buena ventaja en el tercer cuarto, pero los locales se acercaron y hubo un final para el infarto. Fue triunfo de los Celtics por 98-95 con 25 puntos y 11 rebotes de Tom Heinsohn, para intentar cerrar la serie en Massachusetts.

La consagración de Boston fue el 26 de abril de 1964 en un estadio colmado con más de 15.000 personas. Bill Russell tuvo un gran duelo con Wilt Chamberlain, y fue la guía del equipo en ese partido con 14 puntos y 25 rebotes para el triunfo de los Celtics por 105-99, que le valió su séptimo anillo de su historia.