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El Mundial de China 2019 quedará en la historia como uno de los mejores torneos que jugó Argentina en el plano internacional. Fue el primero tras el retiro de gran parte de la Generación Dorada y con un equipo nuevo, con una renovación importante pero liderados por Luis Scola, lograron meterse en la final del certamen.

En semifinales le dieron una verdadera clase de juego a Francia, uno de los mejores seleccionados de la actualidad, con jugadores de gran jerarquía, uno de los grandes exponentes del básquet FIBA. Sergio Hernández, entrenador del seleccionado argentino, estuvo en el podcast de Piculín Ortíz y recordó la charla motivacional que le dio el capitán del equipo a sus compañeros en medio de los festejos por vencer a los franceses.

Sergio, comenzó diciendo: “Termina la semifinal del mundo con Francia. Le ganamos a Francia. Estamos invictos. Llegamos a la final de Mundial invictos, con un equipo que no debía estar ahí. Ya no estaba Ginóbili, ya no estaba Nocioni. Quedaba de Generación Dorada Scola con 40, pero esta toda la nueva generación: Campazzo, Laprovíttola, Deck. Todos buenos jugadores pero todavía no tenían… Aparte en Argentina fue tan fuerte lo de la Generación Dorada que cuando se empezaron a retirar esos jugadores, todos dijeron: ‘chau, se terminó el básquet’. Llegamos a la final, no éramos ni cerca el segundo mejor equipo del mundo pero llegamos a la final del mundo”.

Luego, continuó: “Imaginate lo que fue: a Francia, en China, ahí siempre 20 mil personas en la cancha, no importa quién juegue. Semifinal del mundo, la zona mixta es eterna, hay miles de periodistas de todo el mundo, es un laberinto que te lleva a tu vestuario. Vamos llegando de a poquito al vestuario. Yo llego anteúltimo. Imaginate lo que era ese vestuario porque sin Scola teníamos un promedio de 25-26 años. Era un revuelo. Obviamente que no había champagne, pero había agua por todos lados, las sillas dadas vueltas, los jugadores arribas de las mesas, desnudos, bailando”.

Posteriormente, siguió: “El último en llegar fue Luis porque no dejó de pararlo ni un solo periodista. Entra Luis, ve todo eso, obviamente va y saluda a todos, yo estaba sentado en un costadito para que no me mojen, viendo cómo festejaban los pibes, los asistentes, los profes. Entra Luis, saluda a uno por uno, todos seguían festejando. Él va y se sienta en su silla, en su lugar y de pronto todos empezaron de a poquito a sentarse. Scola no dice nada, se queda sentado, los demás empiezan a juntar las sillas que estaban tiradas, se genera un silencio, todas las miradas vienen a mí y hay momentos en que menos es más, en los cuales no hay que decir muchas cosas y yo en ese momento no tenía qué decir”.

Para terminar, expresó: “La única inspiración que se me vino fue decir: ‘Luis’ y darle paso para que hable. Él me miró, me debe haber odiado, agarró un celular que tenía al lado, miró la hora y dijo: ‘Teníamos 30 minutos para festejar, ya pasaron. Ahora hay que apagar todos los ruidos. Estamos muy cerca de lograr algo que ni la Generación Dorada logró que es salir campeón del mundo’. Hay que ser muy inteligente en esos casos, hay que ser muy inteligente como líder para no pasarte de motivación porque sino lo convertís en presión. Entonces como él sabía que había un grupo joven, él les dice que había que parar, que había que estar concentrado, que teníamos una oportunidad histórica entonces es como que había mucha cosa pero después se lo baja diciendo: ‘Nos quedan dos horas reloj, 40 minutos netos, 80 posesiones’. Lleva la final del mundo a 80 posesiones ese tipo. Por un lado los subió pero por el otro le dijo que tienen que hacer lo mismo que hacen siempre, se las llevó a un plano terrenal para bajarle esa presión”.