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Por los problemas que acarreaba en su cadera, Isaiah Thomas solamente pudo jugar 15 partidos con la camiseta de los Cleveland Cavaliers y nunca pudo ganarse completamente la confianza de sus compañeros ni del público, que ya hasta lo abucheaba en los últimos partidos que los Cavs jugaron como local. Estos fueron algunos de los condimentos que se tradujeron en el mega traspaso de esta tarde entre Cavaliers y Lakers, que envió al base a la franquicia angelina.

Pero el acuerdo entre las organizaciones fue mucho más profundo que este movimiento, ya que los Lakers se quedaron con un pick de primera ronda protegido para el Draft de este año, así como también con Channing Frye, quien ingresó en la negociación y viajará a Los Ángeles junto con Thomas. Por su parte, Cleveland adquirió las fichas de Jordan Clarkson y Larry Nance Junior. 

La franquicia angelina tiene planeado quedarse con los dos jugadores que obtuvo, con lo que obtiene juego perimetral de inmediato, así como a dos jugadores con mucho poder de gol. Al mismo tiempo, ganaron más espacio salarial para su meta de corto plazo: contratar a un jugador digno de un salario máximo en el 2018 o el 2019. 

Está claro que Clarkson es un gran jugador, que puede darle soluciones al equipo, pero los Cavaliers pierden mucho con esta jugada, sobre todo desde el punto de vista de la selección de primera ronda que tenían protegida para este Draft que amenaza con estar plagado de figuras. Isaiah Thomas fue una apuesta que claramente no funcionó para los de Ohio: en 15 partidos promedió 14.7 puntos (36 por ciento de campo) y 4.5 asistencias, números muy por debajo de los que hizo en Boston en la 2016/17. Ahora irá a la otra vereda de la rivalidad más grande de la NBA, después de declarar su amor por Boston; ¿cómo será el trato con los fanáticos de los Lakers?