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La Unión se rearmó para esta temporada y las apuestas le terminaron dando muy buenos resultados, consolidándose como uno de los mejores equipos de la competencia, con una identidad de juego clara y resultados acorde a las expectativas. Los dirigidos por Leandro Ramella finalizaron en el sexto lugar de la fase regular (marca de 23-15), eliminaron a Hispano por 3-1 en los octavos y jugaron una gran serie ante Atenas en cuartos, para finalmente perder por 3-2 (llegaron a tener ventaja de 2-1 y el cuarto punto en casa).

Pocos equipos tuvieron virtudes y defectos tan claros como el club formoseño, para el cual hay que dividir en dos el análisis. En el costado defensivo, La Unión fue de los más fuertes del torneo, permitiendo apenas 103,4 puntos por cada 100 posesiones, la tercera mejor cifra de la competición y solo superada por los finalistas San Martín y San Lorenzo. No solo sacaron provecho de sus esquemas en este costado, sino también de algunos puntos muy altos desde lo individual, tanto entre sus nacionales como entre sus foráneos.

Sin embargo, lo que le faltó a La Unión para tener un salto de calidad mayor fue una mejoría en ataque: termineron 15° entre 20 equipos, anotando apenas 105,3 puntos por 100 posesiones. Esto lo pagaron caro, por ejemplo en la serie ante Atenas, en la cual solo promediaron 72 tantos, incluyendo unos bajísimos 57 en el determinante cuarto punto.

En ese aspecto, hay que recurrir a la famosa frase de la manta corta, especialmente en lo que se refiere a sus extranjeros: tuvo refuerzos de mucho aporte defensivo como Chaz Crawford o Ivory Clark, pero con poca capacidad resolutiva en ataque. De hecho, entre los cinco máximos anotadores del equipo, hubo cuatro nacionales (Maldonado, Elsener, Konsztadt y Marín) y apenas un foráneo (Young), quien además se perdió una buena parte de la fase regular por lesión.

Más allá de estas limitaciones, el balance del año de La Unión fue claramente positivo. Lograron meterse en el lote de los seis equipos que estuvieron casi siempre en el tope de la tabla, fueron competitivos en los playoffs y estuvieron realmente cerca de acceder a las semifinales. Si logran mantener la base y realizan algún retoque para compensar sus puntos débiles, pueden dar mucho de qué hablar en la 2018/19.