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Si tuviéramos que realizar un balance anual de Estudiantes, el saldo seguramente sería positivo. Después de todo, el equipo de Concordia hizo historia en el plano internacional, llegando hasta la última instancia en los dos torneos que disputó: la Liga Sudamericana y la Liga de las Américas. Sin embargo, a la hora de hacer foco sobre la competencia doméstica, está claro que el Verde no tuvo el mejor de sus años, terminando 12° y quedando eliminado en la primera ronda de los playoffs.

De todas formas, hay una realidad: la vara la dejaron alta ellos mismos, con lo hecho a nivel continental, porque si retrocedemos a la previa de la temporada, el 12° puesto hubiera sonado hasta lógico. Después de todo, Estudiantes perdió buena parte de la columna vertebral de la Liga pasada, incluyendo a Dar Tucker, Javier Justiz Ferrer y Hernán Laginestra, a quien reemplazaron con un debutante en el cargo como Lucas Victoriano, quien rápidamente logró transmitirle su impronta al equipo.

El problema para los entrerrianos es que no tuvieron la profundidad y los recursos para sobreponerse a las exigencias de un calendario sumamente apretado. Quiérase o no, el foco estuvo mayormente puesto en los torneos internacionales y no pudieron hacer una mejor fase regular, a pesar de tener material como para estar un poquito más arriba. Esa irregularidad en la Liga la pagaron con un cruce complicado en octavos (Quimsa) y no pudieron repetir las hazañas logradas fuera del suelo argentino.

A la hora de analizar la campaña de los de Concordia, hay dos temas puntuales que saltan a la vista. El primero es la brecha que hubo entre lo realizado como local y como visitante: tuvieron la octava mejor marca en casa (13-6) pero la segunda peor en la ruta (3-16). ¿El otro punto? Si bien encontraron muy buenos rendiminetos en extranjeros como Jasiel Rivero, David Doblas y Anthony Smith, todos demostrando compromiso y calidad, pareció faltarles esa cuota de aporte nacional que suelen tener los mejores equipos. De hecho, entre los argentinos, el máximo anotador terminó siendo Mateo Bolivar con 8,5 puntos de media.

Queda claro que aún sin haber terminado de redondear una buena Liga, Estudiantes no tiene nada para reprocharse: luchó hasta donde pudo con sus armas, pasó a la historia grande del club en el plano internacional y nunca penó con la permanencia, a pesar de tratarse de un proyecto nuevo en muchos aspectos. Si encuentra la manera para sostener el plantel y realiza algún pequeño ajuste, seguramente dará mucho más de qué hablar en la 2018/19.