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Bahía Basket 78 - San Lorenzo 62

Bahía Basket estaba obligado a ganar para no quedar en la cuerda floja y lo consiguió, en una muy buena noche colectiva y ante un San Lorenzo que no tuvo demasiado respuestas a pesar de mostrar un par de buenas intensiones. La victoria de los bahienses fue por 78-62, con Juan Pablo Vaulet como máxima figura (17 puntos) y en un triunfo que le valió para igualar las finales del Sur (1 a 1).

También hubo otras figuras locales, como el goleo de Lucio Redivo (16) y Fjellerup (13) que sumó a las muy correctas tareas de Jamaal Levy (12 tantos y 9 cristales) y Anthony Johnson (16 puntos y 14 rebotes) en el juego interior. En San Lorenzo lo mejor pasó por Marcus Elliott, quien firmó 16 unidades y 7 tableros.

Un intenso Juan Pablo Vaulet lideró las primeras ofensivas de Bahía. El local se mostró intenso, pasándose la pelota, defendiendo con mucha ímpetu y decidido a la hora de encarar al aro. Con el alero cordobés se consiguió un buen despegue, y lo mismo ocurrió cuando Lucio Redivo empezó a facturar desde el perímetro. Así, la diferencia se amplió y llegó a ser de diez (22-12) al acabar el parcial inicial.

San Lorenzo fue el contraste, no por jugar mal sino por tardar en entrar en ritmo. Claro que mucho de eso fue mérito de Bahía, pero el equipo de Lamas tampoco pudo facturar algunos buenos tiros que tuvo y estuvo en falta con los triples, quizá su arma más desequilibrante. Además, Bryan se cargó de foules y no fue un detalle menor.

El aporte de Jamaal Levy se potenció en el segundo periodo, algo que disimuló los errores de un Bahía que empezó a bajar su rendimiento colectivo y decayó en algunas acciones individuales poco efectivas. En la otra vereda apareció un San Lorenzo más fluido, desde el juego del Penka Aguirre pero también con el siempre interesante trabajo de Roquez Johnson. El Ciclón presionó, pero el panameño de Bahía maquilló las falencias locales ante tanto desgaste y la brecha no disminuyó en demasía.

Cuando Bahía encontró más equilibrio y armó mejor sus ofensivas volvió a sacar un poco más de distancias, llegando a tomar una máxima de trece (36-23). San Lorenzo tuvo a Elliott como una de sus mejores armas de ataque, que fue de lo más regular en la visita. Algo de Faggiano también ayudó. No obstante, Bahía se sostuvo y se fue al descanso ganando 40-30.

Los de Ginóbili no aflojaron en el reinicio de las acciones, todo gracias a las oportunas apariciones de Redivo con su tiro perimetral pero también con un ingreso muy interesante de Fjellerup. El trabajo de Johnson permitió que la brecha se escape a quince (50-35), pero San Lorenzo puso a Martina en cancha y el pivote cordobés contuvo bastante al extranjero de Bahía.

Con ese control más la incursión continua de Elliott, el Ciclón apretó y se puso a ocho (53-45) con un Herrmann que entró un poco más en juego. De todas formas el elenco de Lamas tardó en arrancar, le faltó mayor intensidad y por esa misma razón no pudo explotar todas las falencias de un Bahía apurado. La intensidad no bajó, aunque los capitalinos hicieron negocio y entraron al último cuarto mejor: 61-53.

Bahía le había dado mucha vida a San Lorenzo desde los errores cometidos por malas decisiones, por eso la presión de la visita iba a ajustar la historia con creces. Se veía venir y así sucedió, porque sin demasiada efectividad, haciendo un mayor desgaste e impulsándose con toda su experiencia el Ciclón logró apretar y le trasladó miedos al local.

San Lorenzo se puso a cinco tras un bombazo de Musso (67-62), pero después de eso la presión se fue apagando y Bahía se reencontró con un par de buenas acciones que volvieron a darle serenidad. Redivo y Fjellerup dieron oxígeno, aunque también aparecieron las importantes labores aéreas de Johnson y Levy para definir el partido por 78-62. El desgaste de Bahía fue exhaustivo, pero consiguió empatar y recuperarse de la derrota inicial en estas finales.

Lucas Leiva / [email protected]

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