Bahía dio la última estocada: 76-59 y finalista del Sur
23:39 27/05/2016 | Bahía Basket eliminó a Peñarol (serie 3 a 1) y jugará la final de conferencia contra San Lorenzo. Brillante último cuarto, con Whelan y Johnson figuras.
Bahía Basket 76 - Peñarol 59
Bahía Basket sigue dando pasos agigantados con su juventud, en ese equipo donde también hay varios de gran trayectoria pero que generalmente está compuesto por esos pibes que este viernes parecieron tener la experiencia de unos veteranos. Ahora acaba de dar uno de esos pasos tan importantes, después de vencer a Peñarol por 76-59 en el Juego 4 y liquidar la serie por 3 a 1 para así meterse en las finales del Sur, donde ya lo espera San Lorenzo.
Además, el equipo de Sebastián Ginóbili ya se garantizó un lugar a la próxima Liga Sudamericana dado que terminará dentro de los cuatro primeros de la temporada. Los otros que mínimamente están clasificados al torneo internacional son el Ciclón, La Unión de Formosa y Olímpico, este último cerrando su serie hace minutos. Cabe recordar que tanto campeón como subcampeón de la temporada irán a la Liga de las Américas.
En general no fue un juego tan prolijo o vistoso, pero el último cuarto que plasmó Bahía fue determinante para quebrar un partido que se vivió con muchos nervios. Las falencias de Peñarol también lo ayudaron, en un rival que nunca consiguió reaccionar independientemente de un gran Nicolás Brussino, pero lo cierto es que Bahía pisó el acelerador en el periodo definitivo (fue 31 a 15) y brilló con chicos como Gastón Whelan (13 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias), Juan Pablo Vaulet (15) y Lucio Redivo (15). Lo de Anthony Johnson (13 tantos y 11 rebotes) y Jamaal Levy (11 tableros), también fue determinante.
El tanteador tardó bastante en encenderse, ya sea por decisiones equivocadas o por apuros en ambos equipos a la hora de definir sus situaciones. En el río revuelto Bahía logró sacar mejor provecho, gracias a la verticalidad de un fantástico Juan Pablo Vaulet (muy vertical y decidido en sus incursiones) y a la ya clásica potencia de Johnson en el juego interior.
Un triple de Redivo sacó una máxima de siete unidades (12-5), Peñarol limó diferencias porque Brussino y Diez empezaron a tener un protagonismo notorio pero de todas formas los errores siempre lo condicionaron. Por eso, a pesar de ajustar el duelo a tan solo una posesión (14-12), Bahía terminó llevándose el primer capítulo por 18-12 de la mano de Jasen y Johnson.
Peñarol se mantuvo errático y las pérdidas le jugaron muy en contra, en beneficio de un Bahía que defensivamente hizo un gran trabajo y que también gol adelante. Lo único irregular en el local fue Whelan, algo ineficaz para generar, y por eso fue que el Milrayitas siguió teniendo reacciones fuertes de la mano de un tremendo Brussino.
Dos triples del santafesino pusieron a Peñarol abajo por la mínima (28-27), pero entre Johnson y un mejorado Whelan el cierre para los bahienses fue productivo. La brecha no fue demasiado grande, pero al menos Bahía se fue al descanso largo con ventaja de tres: 34-31, siendo benéfico para una visita que si corregía sus errores de traslado iba a inclinar la balanza a su favor.
Bahía pecó de mucha ansiedad y apuro en el reinicio de las acciones, con desprolijidad pero sobre todo con una sequía muy marcada que le fue quitando terreno en el juego. Por eso Peñarol tuvo su chance de despertar, porque a pesar de no tener muy aceitados a algunos jugadores (como Winston, Massarelli o Figueroa) siempre contó con un brillante Brussino como principal motor.
Desde su escolta llegó la reacción, Peñarol remó contra la corriente y a pesar de no lucirse terminó pasando al frente por primera vez en la noche gracias a un gancho de Acuña (42-40). Bahía igual lo cerró con la delantera de 45-44, aunque no pudo corregir esos momentos erráticos producto del apresuramiento.
Pero todo cambió en el último cuarto, apenas arrancó y con un Bahía que finalmente encontró su juego. Con el ascenso de Whelan todo se hizo más claro, porque el base empezó a gestar más gol, los pases fueron más acertados y además metió un triple terrible festejado con Montecchia donde Bahía también pudo sacar a favor una falta sobre Johnson (por parte de un Winston de noche para el olvido). En un ratito, con Whelan como responsable pero con mucho de un tremendo Johnson, Bahía se soltó y se alimentó de confianza.
Y esa cuestión anímica terminó de disparar el partido, porque Vaulet volvió a tener mucho peso y con sus lujosas acciones todo el Casanova empezó volverse una caldera. También elevó su momento Fjellerup, mientras que en el otro costado a Peñarol no le salió nada y las pérdidas se hicieron cada vez más shockeantes. Así, en un trámite totalmente desequilibrado por ese factor temperamental, Bahía sacó catorce de luz (60-46) y entró a los últimos cinco minutos muy bien posicionado.
En el final no cambió nada, Bahía llegó a tomar una máxima de dieciocho (68-50) tras un doble de Fjellerup y quebró el partido mucho antes de su cierre. Terminó siendo por 76-59 ante un Milrayitas sin respuestas, con Bahía concretando el gran golpe y metiéndose en una final de conferencia que quedará para el recuerdo de un grupo con muchos pibes que ratificó su acelerada maduración de este último tiempo.
Lucas Leiva / [email protected]
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