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La NBA tiene 75 años y por eso, analizando semejante cantidad de negociaciones, pases e intercambios realizados en ese período, surgen muchos que dejaron dudas, no fueron lo que se esperaba o dieron resultados negativos, pero así y todo, ninguno llega a los ribetes del hecho por Los Angeles Lakers con Russell Westbrook.

Por recordar solo algunos anteriores que fueron polémicos, indudablemente el primero que surge fue el trade del 2013 que mandó a Paul Pierce y Kevin Garnett de Boston a Brooklyn, a cambio de Keith Bogans, MarShon Brooks, Kris Humphries, Kris Joseph, Gerald Wallace y varios picks de draft. En el momento, los Celtics fueron crucificados por esto, pero sin embargo hoy viven de él, ya que de esos picks salieron Jaylen Brown y Jayson Tatum, por distintos vericuetos pre pautados. Entonces no cuenta. 

Luego hubo otros casos emblemáticos, como el que envió en 1975 a Kareem Abdul-Jabbar de Milwaukee a los Lakers a cambio de Junior Bridgeman, Dave Meyers, Elmore Smith y Brian Winters. O cuando OKC envió a James Harden a Houston por Kevin Martin, Jeremy Lamb y varios picks de draft (¿perdió realmente?). También podría anotarse el de Memphis-Lakers que llevó a Pau Gasol a LA por Kwame Brown, Javaris Crittenton, Aaron McKie y los derechos sobre Marc Gasol, pero la realidad es que Marc terminó siendo uno de los jugadores franquicia de los Grizzlies. 

Nosotros recordamos otro insólito, como fue el que en 1993 mandó a Sam Perkins de los Lakers a Seattle a cambio de Benoit Benjamin (que terminó jugando en Atenas de Córdoba) y Doug Christie. Fue parte de la debacle post retiro de Magic Johnson por ser HIV positivo. Ninguna se asemeja de todos modos a la de Westbrook. Y explicaremos por qué. 

Primero, porque a cambio de Russell dejó partir a varios jugadores importantes, algunos de rol, pero decisivos en el anillo del 2020: Kentavious Caldwell-Pope, Montrezl Harrell y Kyle Kuzma. Pero no solo eso. Ya no tenía picks de primera ronda hasta el 2026 por el canje de Anthony Davis. Pero encima se quedó con el contrato probalemente más tóxico de la NBA (¿también de la historia?), como es el de Westbrook. Veamos. 

Russell firmó la extensión de su acuerdo previo con OKC en setiembre del 2017. El contrato nuevo fue por 5 temporadas y 205 millones de dólares, corriendo desde la 2018/19 a la 2022/23. De ese convenio, Westbrook lleva 4 años, cada uno jugando en una franquicia distinta: OKC (18/19), Houston (19/20), Washington (20/21) y Lakers (21/22). ¿Algo significa no? 

El quinto año del contrato del bueno de Russ es opción del jugador, a cambio de 47.1 millones. Todo indica que Westbrook tomará esa opción, salvo que lo invada el ángel de la conciencia y, por el fracaso de este año, no lo haga. Pero, seamos honestos, ¿esto es culpa de Westbrook? Nadie puede decir que él no lo intentó, que no dio todo lo que tenía y más. Simplemente, esperaban que hiciera algo que nunca hizo, salvo quizá con Durant: ser un buen ladero. Acá ni siquiera le tocaba eso: era el tercero cómodo detrás de LeBron y Davis. 

La cuestión es que los Lakers tendrán que comerse, salvo un milagro, 3 contratos multimillonarios, sin picks de draft, en la 2022/23: Westbrook (47.1), LeBron (44.5) y Davis (38). Ciento treinta millones en tres fichas. Un ajedrez que ni Kasparov podría arreglar con destreza. Igual, no está todo dicho. Quizá haya un as en la manga de Rob Pelinka y los Lakers resurjan. La NBA lo agradecería infinitamente.