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Curt Smith escribió una vez en su libro Los presidentes y el pasado: una historia de béisbol y la Casa Blanca que “los presidentes tienden a ser extraordinariamente competitivos”. El autor se refería en su texto a los primeros mandatarios de Estados Unidos, pero nada quita de efecto la frase y la idea que resalta algo que destaca a la mayoría de los líderes de todo el mundo. 

De todos ellos, unos cuantos se nutrieron de su amor por el deporte o de su educación a través de él en sus inicios. Cuatro de esos que supieron (y todavía saben) ocupar cargos en el Poder Ejecutivo se destacaron por su devoción por el básquet y a lo largo de sus mandatos protagonizaron un sinfín de historias, anécdotas y aventuras respectivas al universo de la naranja. 

Fidel, expresidente de Cuba, fue uno de los más significativos. “Castro pegaba mucho, pero también recibía golpes y no decía nada”, le contó Tomás Herrera, uno de los jugadores históricos de Cuba, a la página oficial de la Federación Española de Básquet (FEB) cuando le tocó recordar el acompañamiento que le dio el líder al equipo nacional que estaba a punto de competir en el Mundial de 1974. 

“Fidel jugaba con nosotros en el Coliseo de la Ciudad Deportiva esos partidos nocturnos que tanto le gustaban”, recordó Herrera en una nota que le concedió a CiberCuba, con respecto a Castro, quien continuó jugando con regularidad en privado y cuando los visitaban diferentes líderes de otros países. Se retiró de las pistas en 1982, a la edad de 56 años, después de romperse un dedo del pie representando a su país en uno de esos picados duros y físicos que tanto le gustaban.   

Kim Jong-un es el dictador de Corea del Norte. No es muy fanático de los derechos humanos, pero sí de los Chicago Bulls de Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman. Su ídolo en la NBA fue este último, a quien siempre admiró por su agresividad y pasión dentro de la cancha. Tal es así que un día lo invitó a pasar unos días en su país, permitiéndole ser uno de los únicos extranjeros de la historia en tener la oportunidad visitar el lugar. 

Mucho no se sabe más allá de su fanatismo, pero lo que sí es seguro es que aquel encuentro con Rodman fue un verdadero asunto de relación internacional. En ese instante pareció insignificante, pero con el tiempo traspasó las fronteras del básquet y permitió que dos países entablen diálogos amistosos y positivos. 

El de Corea del Norte es un dictador y el de Estados Unidos no se caracteriza por ser amigable. Nada de eso importó y un exjugador de la NBA logró unir al líder con Donald Trump. Una historia peculiar, todo gracias a Dennis, el más rebelde de la historia del deporte de la naranja. 

Barack Obama es quizás el más famoso de todos ellos. Jugó al básquet en Hawaii Punahou School y fue campeón estatal en 1979, en donde era titular. “Me encantaba su repertorio. Tenía un tiro bastante bueno y manejaba de forma correcta el balón”, expresó su excompañero de aquella época, Mark Bendix, en una entrevista con NBC.

Y lo suyo no solo fue picando la pelota, sino también estableciendo relaciones duraderas con muchas estrellas actuales de la NBA, como por ejemplo con LeBron James y Chris Paul, con quienes se quedó hablando luego del boicot de los Bucks en Orlando por causa de la violencia policial. 

Esa misma noche, luego de la reunión que mantuvieron todos los jugadores de la burbuja, LeBron no se fue a dormir. Se quedó hablando con sus compañeros hasta tarde, y luego él, junto con Chris Paul y un pequeño grupo de jugadores, según informó The Athletic, conversaron con Barack Obama. 

Obama les recomendó volver a jugar aprovechando la plataforma para expresarse, según confesó su portavoz, Kattie Hill, en The New York Times: "Cuando se le preguntó, estuvo feliz de brindar consejos el miércoles por la noche a un pequeño grupo de NBA. Hablaron de establecer un comité de justicia social para garantizar que las acciones de los jugadores y la liga esta semana conduzcan a un compromiso significativo y sostenido en la reforma policial y de la justicia penal". 

El último de los mencionados es un argentino. Si quieren saber su relevancia dentro del básquet nacional pueden visitar La Rioja y conocer el Polideportivo Carlos Saúl Menem, inaugurado en 1991. De hecho, el fanatismo del expresidente fue tal que supo ir a la inauguración de la Liga 1994/95, en donde fue, a su vez, el debut de Andino en la máxima categoría.

Menciones especiales: Néstor Kirchner y Pedro Sánchez. Ambos tuvieron pasado como jugadores de básquet. El argentino lo hizo en Racing desde 1965 hasta 1968 y el español hizo las inferiores en el Estudiantes de Madrid, hasta que decidió irse a la universidad. Los dos también están unidos por el gran físico, ya que ambos tenían buena altura. El primero de los mencionados medía 1.87 y el segundo mide 1.90.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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