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Los fanáticos suelen pedirle a los jugadores de los equipos que son hinchas que vayan al frente, que tengan entrega, que se sacrifiquen y que dejen todo por la camiseta. Pero, todo tiene un límite. Dillon Brooks jugó a eso, mostró la imagen de un jugador rudo, picante, con acciones al límite de pasar a ser descalificador y pagó caro.

Tuvo una serie especial con Los Angeles Lakers inventada por él mismo. Se buscó el rival más difícil, el que nadie quisiera tener que enfrentar y mucho menos picantearlo y hacerlo enojar. Brooks fue contra LeBron James, uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA. El Rey solo le tiró la chapa encima.

Le pintó la cara luego de que Brooks lo llamara viejo, cansado y que ya no era el jugador bueno que solía ser. En el partido 3 de la serie le pegó una patada en las partes bajas, en la zona de la ingle que le valió la expulsión, en el juego 4 fue un error defensivo de él el que derivó en el empate de los Lakers y luego dejó libre a James para que convirtiera en la prórroga un doble clave. 

Dillon se preocupó más por hablar que por jugar y como dice el dicho, “el pez por la boca muere” y eso le pasó a Brooks. Será agente libre cuando finalice la temporada y los Grizzlies, según dio a conocer el prestigioso periodista Shams Charania, Memphis le informó al jugador que no le renovará el contrato, no lo quiere bajo ninguna circunstancia en el equipo.