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Como dice el viejo refrán el pez por la boca muere, eso fue lo que le pasó a Ja Morant. Sin dudas que el duelo entre Golden State Warriors y Memphis Grizzlies se convirtió en uno de los de mayor trash talking de los últimos años.

Hace unos días Morant había declarado que solo veía a Boston Celtics como un rival real de cara a la disputa del anillo de campeón y que en el Oeste no tenían rivales. Pero nunca subestimen a un campeón, pese a no contar con Stephen Curry ni Klay Thompson, Golden State venció a los Grizzlies el día de Navidad y, como era de esperarse, Draymond Green se encargó de hacer justicia por mano propia.

Durante el partido se lo vio muy activo y con mayor fiereza de lo habitual disputando el encuentro. Las palabras de Morant habían calado hondo. Memphis quería tomarse revancha de la eliminación en las semifinales de conferencia de la temporada pasada, pero no tuvieron suerte.

Cuando finalizó el encuentro, Green fue consultado por los dichos de Morant y expresó: "Creo que la palabra ‘rivalidad’ se usa demasiado a la ligera en estos días. Una rivalidad es Lakers-Celtics. Una rivalidad fue la que tuvimos nosotros y los Cavaliers durante 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019. Eso sí son rivalidades”. Claramente le puso paños fríos.

Pero, fiel a su estilo, Green fue de contraataque: "Los Grizzlies son un equipo joven con un futuro muy prometedor, pero aún no han conseguido lo suficiente como para decir que es una rivalidad. Para ser una rivalidad antes tienen que haber colgado un banderín de campeones de la NBA”. Al hueso.

Para sepultar las palabras de Morant, Green agregó: "Ahora, ¿es este un partido que nos motiva? Absolutamente. ¿Es este un equipo al que siempre estamos deseando enfrentarnos? Absolutamente. ¿Este partido saca a relucir muchas emociones en ellos y en nosotros? Absolutamente. Pero sigo pensando que este término se usa demasiado a la ligera”.