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Como a tantos otros equipos de la competencia, la situación económica ha golpeado duro a Ferro, poniéndole un freno importante a un armado que venía siendo por demás interesante. Con ese panorama, los de Laginestra arrancarán el torneo con un muy buen grupo de nacionales (Orresta, Cosolito, Fierro, Hernández y un Massarelli que se recupera de su lesión), pero sin haber contratado extranjeros y con una rotación extremadamente corta. Un proceso incompleto, que veremos si avanza una vez que comience la Liga.

Ofensivamente, Ferro estará ciertamente limitado en el arranque de la 2018/19. Quien hoy se proyecta como su mejor anotador, Luciano Massarelli, sigue en plena recuperación de su lesión de rodilla y al menos por ahora, el hecho de no haber podido sumar a ningún extranjero (buscan un perimetral y un interno), deja al Verdolaga en una situación precaria. ¿Cómo buscará compensarlo? Con el goleo de dos buenos tiradores como Gramajo y Cosolito en el perímetro, sumado a un Hernánez que será la principal referencia en el juego interior. 

Lo más sólido de Ferro, sin embargo, parece estar en defensa. La incorporación de Orresta, todo un especialista, será fundamental en este costado, mientras que con Fierro y Hernández tienen a dos de los mejores reboteros nacionales del torneo. El problema, de momento, será similar al que afrontan en ataque: la poca rotación y experiencia dentro de su segunda unidad, sobre todo para el recambio de juego interior (el brasilero Gusmao es la única variante).

Ferro es hoy una de las grandes incógnitas del certamen. Si no hiciera ningún movimiento más, está claro que les costaría demasiado ser competitivos. Sin embargo, es innegable que tienen una base de jugadores nacionales muy sólida y si más adelante logran complementarla con algún otro refuerzo de jerarquía, el escenario podría dar un giro de 180 grados. Será cuestión de tener paciencia y ver qué le depara la temporada.