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Por primera vez en varios años, el 2018 vio a un Golden State vulnerable. Humano, batible. Es cierto, los de Kerr terminaron ganando su tercer título en cuatro años, barriendo en la final a los Cavaliers de LeBron por 4 a 0. Sin embargo, lejos de mostrar la seguridad y superioridad de temporadas anteriores, los californianos llegaron a la meta con varios tropezones en el camino.

Para empezar, su fase regular no estuvo a la altura de campañas pasadas. De hecho, hubo dos equipos que tuvieron mejor récord que los Warriors (58-24): los Toronto Raptors (59-23) y los Houston Rockets (65-17). Y fueron justamente los Rockets de D´Antoni quienes estuvieron a nada de dar el gran golpe en la postemporada. 

Los texanos llegaron a tener ventaja de 3-2 en la final de la Conferencia Oeste y realmente parecían capaces de eliminar al campeón. Estaban jugando mejor y tenían a Golden State confundido y repleto de dudas. Pero lamentablemente para Houston, un golpe de mala suerte los terminó privando de esa chance: una nueva lesión de Chris Paul en playoffs dejó al equipo rengo para los últimos dos encuentros. Los Warriors los ganaron y se encaminaron a un nuevo campeonato, pero la sensación es que de no haber sido por el infortunio de Paul, la historia hubiera sido muy diferente.

De todas maneras, los problemas de Golden State no se limitan a la primera mitad del 2018. Al contrario, la segunda también les ha generado muchos más interrogantes que de costumbre. Los de Oakland aparecen hoy con el quinto mejor registro de la competencia (Toronto, Milwaukee, Denver y Oklahoma City los superan), no están mostrando su fluidez habitual y sobre todas las cosas, han tenido importantes problemas afuera de la cancha (Durant vs Green), que han enturbiado un caudal que lucía impoluto. ¿Pueden terminar coronándose nuevamente? Por supuesto, siguen siendo el gran candidato. Pero las garantías de otros años, hoy no existen.

¿Quiénes pueden robarles el protagonismo en el 2019? Difícil saberlo, pero hay algunos candidatos. Toronto quiere dejar atrás los fantasmas del pasado y parece listo para hacerlo, con la incorporación de un Kawhi Leonard que estuvo en el medio de otra de las historias del año, forzando su salida de San Antonio. El alero no fue la única figura que estuvo envuelto en esa situación: Jimmy Butler obligó a Minnesota a traspasarlo y terminó cayendo en un Philadelphia que aún busca acomodarse. Lo mismo para Boston, al que le ha costado más de la cuenta reincorporar a Gordon Hayward y Kyrie Irving, con quienes no contó durante buena parte de la primera mitad del 2018. Y a no olvidarse de los Bucks, que luego de una floja 2017/18, hoy son el segundo mejor equipo del Este, con un Antetokounmpo en nivel MVP.

¿Cómo está la historia en el Oeste? Por supuesto que toda la atención está ahora depositada en Los Angeles Lakers, quienes sumaron a LeBron James, luego de que el de Akron perdiera una nueva final ante los Warriors. Los dirigidos por Luke Walton están dando pelea, pero todavía no parecen estar listos para dar el zarpazo. Aunque claro, la posibilidad de incorporar alguna nueva figura vía traspaso siempre está latente. Después, más allá de las gratas sorpresas (Denver, Oklahoma City, Clippers), el mayor desafiante para el dominio de Golden State parece ser nuevamente Houston. A los Rockets les costó sacarse de encima el frustrante final de la 2017/18, pero de a poco han ido recuperando la forma. Todavía tienen mucho por mejorar, pero en términos de potencial, son de los pocos que pueden representar una amenaza real para los campeones.