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En marzo 2019, cuando se jugaba la fase regular de la temporada pasada, Russell Westbrook tuvo una discusió fuerte con un aficionado de Utah Jazz, luego de recibir algunos comentarios racistas. El entonces jugador de Oklahoma City respondió agresivamente, según lo informado por la NBA, y fue multado, mientras que el fan en cuestión fue suspendido de por vida del estadio de los Jazz.

Se larga el segundo capítulo de esta situación, ya que, según informó The Salt Lake Tribune, Shane Keisel, el aficionado en cuestión, realizó una demanda contra el equipo  y el jugador, diciendo que de ninguna manera tuvo algún comentario de estilo racista y que gritaba lo mismo que todo el grupo de fanáticos que se encontraban en el lugar. Por eso, va en busca de una indemnización de 100 millones de dólares para ambas partes, ya que entiende que lo ocurrido fue difamación hacia su persona.

El base, hoy en Houston, no se expresó al respecto, pero en su momento había contado algo de lo escuchado por su parte como comentarios racistas, pese a que el aficionado lo negó rotundamente. La franquicia comunicó que investigará la cuestión para tomar acciones más tarde.