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Luis Scola dejó una huella única en la NBA, no solo por su juego versátil y su capacidad para anotar, sino también por su particular habilidad para el "flopping". Este recurso, que consiste en exagerar contactos para conseguir faltas, fue señalado incluso por Shane Battier, compañero de Scola en los Houston Rockets entre 2007 y 2011. "Luis tiene ese pelo largo y cuando está sudado y empieza a tirarse al piso, parece que lo están asesinando", bromeó Battier en una entrevista con ESPN.

La melena de Scola, además de ser un sello distintivo, parecía ser un arma secreta para magnificar cada contacto en la cancha. En una encuesta informal realizada por Sports Illustrated en la década de 2010, Scola fue votado como el tercer mayor "flopper" de la liga, detrás del brasileño Anderson Varejão, otro jugador de cabello largo. "Cuanto más pelo tengas, mejor", ironizó Battier, aludiendo a cómo estas características parecían influir en las decisiones arbitrales.

Shane Battier, conocido por sus propias tácticas defensivas, reconoció la importancia de explotar recursos así: "Tomar cargos o exagerar contactos puede frustrar a los rivales, pero es un arma estratégica". En su caso, Battier se destacó por su habilidad para sacar faltas en defensa, aunque aclaró que prefería hacerlo sin necesidad de exagerar movimientos.

La habilidad de Scola para atraer faltas no solo generó polémica, sino que también lo convirtió en un jugador difícil de marcar. Más allá de las bromas de Battier, este recurso es recordado como una característica que reflejaba la astucia del argentino en la NBA. "Luis Scola es un maestro del juego mental", concluyó Battier, destacando una de las tantas razones por las cuales el ala-pivot se ganó el respeto en una de las ligas más exigentes del mundo.