El 2018, un año de ilusión y consolidación para la selección argentina
18:02 21/12/2018 | El equipo de Sergio Hernández tuvo un gran 2018, en el que ganó 7 de los 8 partidos oficiales que disputó, con momentos de gran básquet.
Si en diciembre del año pasado alguien nos hubiera dicho que Argentina iba a llegar a los últimos tres partidos de las eliminatorias ya clasificado y con la chance concreta de terminar con el mejor récord de la competencia, seguramente no le hubiéramos creído. Acostumbrados a los dramáticos FIBA Américas, donde una mala noche podía dejarte afuera de todo, la tranquilidad y solidez con la que ha transitado la selección estas ventanas, parece pertener a otro nivel. O en todo caso, a otro tipo de objetivos y desafíos.
Lejos de vincularse a un guiño del nuevo sistema, lo cierto es que ese paso seguro tiene al propio seleccionado como único responsable. Superando los diagnósticos más optimistas, Argentina cerró un 2018 espectacular desde todo punto de vista: cumplió el objetivo máximo de la clasificación mundialista, tuvo resultados casi perfectos (ganó 7 de 8), consolidó a varios jugadores que no venían con tanto protagonismo y lo más importante, desplegó un básquet muy vistoso y efectivo. Al punto que llevó a Luis Scola a comparar este momento con lo que se vio en el Premundial del 2001, en plena formación de la Generación Dorada. Impensado hasta hace poco tiempo.
De hecho, el año no empezó nada bien para el equipo, que fue superado por Uruguay (83-88) en su primer partido del 2018, como local en Olavarría. Un par de días más tarde, los de Hernández vencieron cómodamente a Paraguay (83-61), pero el balance, desde los resultados y el juego, no fue positivo. Sobre todo teniendo en cuenta que por delante asomaba la segunda fase y los duelos más complicados, al menos en los papeles.
Lejos de producir una caída en la confianza del equipo, la derrota ante Uruguay pareció generar una reacción necesaria y muy nítida. En la siguiente ventana (la última de la primera fase) se abrió con un claro triunfo ante Panamá (87-62), para luego tener una actuación bisagra en Montevideo: 102-58, con un rendimiento brillante de todo el plantel, que en aquella ocasión pudo contar con sus figuras de la Euroliga (no así con Gabriel Deck, lesionado).
A partir de ahí, el rendimiento de Argentina no paró de crecer. La siguiente victoria no sería tan lucida desde el juego, pero sí desde la exigencia del rival: 78-74 como visitante ante México, con Gustavo Ayón y compañía. Fue un paso gigante de cara a la clasificación, el cual quedaría potenciado con un contundente 106-84 sobre Puerto Rico, recuperando el básquet mostrado un par de meses atrás en Uruguay.
La última ventana del 2018 sería la frutilla del postre para una temporada que nos llenó de ilusión a todos. No solo se terminó de garantizar la clasificación al Mundial, sino que además se hizo con dos triunfazos: un inmenso 80-63 sobre Estados Unidos (que llegaba puntero) y un cómodo 85-71 sobre México, en un resultado final que no termina de reflejar la real diferencia entre uno y otro.
Ya con la tranquildad de saberse en China, Argentina puede mirar hacia atrás y repasar un año en el que prácticamente no hubo baches. Y los pocos que hubo, se corrigieron rápidamente. La selección ganó, gustó y goleó, demostrando una superioridad continental que no puede ser menospreciada, más allá de las lógicas diferencias de calidad con los rivales europeos. Pero claro, para medirse ante ellos, tendrá el 2019.