Gran duelo para cerrar la jornada 20 de la Liga Endesa. Real Madrid e Iberostar Tenerife se citaban en las vísperas de la Copa del Rey, con la amenaza de la huelga de fondo. Por ello, aún se desconoce en que términos y cómo se disputará la misma. Pero volviendo a la pelota, el Madrid llegaba de caer ante Olympiacos, mientras que Iberostar Tenerife llegaba de cerrar su pase definitivamente a los octavos de final en la Champions.
El partido comenzaba con un gran arranque del Real Madrid, moviendo bien el balón para marear a la defensa. Aún así, dos triples de Javi Beirán y Rodrigo San Miguel ponían por delante a los hombres de Fotis Katsikaris. Verdaderamente, Iberostar Tenerife estaba acertadísimo desde el triple, pese a la defensa blanca. El encuentro se estaba sucediendo con muchísima velocidad, juego muy rápido y con transiciones veloces. Por parte del Real Madrid, Luka Doncic estaba sosteniendo a los suyos y estaba llevando prácticamente todo el peso ofensivo.
Aún así, el conjunto merengue ahora estaba teniendo problemas para trenzar jugadas colectivas y los puntos blancos se reducían a jugadas individuales. Este poco movimiento de la segunda mitad del primer cuarto provocaba que la defensa aurinegra no se moviera y, por lo tanto, no se desajustara. Aunque el gran protagonista vestía de negro y estaba siendo Javi Beirán. El madrileño llevaba un impecable tres de tres desde el triple. Con ello, y tras una antideportiva de Jonas Maciulis, nos íbamos al final del primer cuarto con el resultado de 18-21.
El segundo cuarto comenzaba con la reacción del Real Madrid, que al final del primer cuarto había bajado bastante. Esta reacción llegaba de la mano y la magia de Facundo Campazzo, que estaba logrando ver a la perfección a sus compañeros más liberados. A quien más liberado vio fue a Felipe Reyes, que incluso llegó a colgarse del aro. El capitán blanco estaba siendo el más peligroso en el ataque blanco, que en ocho minutos de juego se iba al banco ovacionado y con nueve puntos.
A la legua se veía que el Real Madrid estaba mucho más cómodo sobre el parqué. Fotis Katsikaris no estaba acertando con la rotación y a los suplentes les estaba costando mucho más. Esto lo aprovechaban los blancos para coger una mínima renta de seis puntos, que poco a poco iría creciendo. Esta mejora se debía también a la defensa y a las variantes defensivas blancas. Tan pronto hacían una defensa presionante como defendían en zona. Así, atacar es más difícil, pues no sabes qué te vas a encontrar enfrente. Un Madrid mejorado se iba al descanso venciendo por nueve con el resultado de 43-34.
El tercer cuarto comenzaba con la aparición de Mateusz Ponitka, que pese a haber jugado bastante, había sido intrascendente. El polaco, pese a que se veía que no estaba teniendo su día, sobre todo cuando fue a machacar solo y se le escapó de las manos, aportaba cuatro puntos rápidos. Con todo y eso, el Real Madrid se estaba mostrando sólido en el amanecer del tercer cuarto, manteniendo así la ventaja que traía del descanso. Iberostar Tenerife quería seguir peleando el partido y su acierto desde el triple le permitía seguir soñando con acercarse más en el marcador.
En lo individual, el mejor jugador del conjunto merengue estaba siendo Facundo Campazzo. El argentino estaba mezclando una gran actuación anotando como deleitando a todo el mundo con sus pases. Además, a falta de tres minutos para el final del cuarto, un triple de Fabien Causeur ponía la máxima en el marcador, que se situaba en los 13 puntos. Esta creció hasta los 15 puntos a la conclusión del tercer acto, con el resultado de 68-53.
En el último cuarto, el Real Madrid jugaba con la renta. Pablo Laso aprovechaba para mover la rotación y seguir repartiendo esfuerzos para lo que está por venir. Por su parte, Tenerife parecía buscar la paz y recibir el menor daño posible. Los jugadores aurinegros habían bajado por completo los brazos, estaban fuera del partido. Katsikaris buscaba una reacción a base de tiempos muertos o, que de esa manera, el Madrid se relajara.
Pero Laso, siempre exigente, no iba a dejar ningún ápice a la relajación. Cuando restaba un minuto para el final, el público ya veía muy cercana la victoria y comenzó a corear los nombres de los jugadores lesionados y no convocados, empezando por Sergio Llull, pasando por Rudy y Gustavo Ayón y acabando por Ognjen Kuzmic. De esta manera, y con Anthony Randoph colgándose del aro para cerrar el partido, el resultado final del partido era de 89-76. Blancos y aurinegros ya piensan en la Copa del Rey que empezará el próximo jueves en el Gran Canaria Arena.
Facundo Campazzo: 15 puntos, 3 rebotes, 8 asistencias, 3 pérdidas, 1 falta, 4 faltas recibidas, 3-4 en dobles, 1-2 en triples y 6-6 en libres durante 30:26 minutos.