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Hernández, Ginóbili y una historia de la inteligencia de Manu

17:01 10/02/2021 | Oveja tenía 21 y el exjugador apenas diez. Sergio le enseñaba en la cancha, el cuatro veces campeón de la NBA lo ayudaba fuera de ella.

Ginóbili y Hernández en los Olímpicos de 2008 (Foto: FIBA)

Uno llegó hace poco a Zaragoza, el otro ya no lava sus camisetas y se retiró de las canchas, al menos profesionalmente. A uno le dicen Oveja, al otro Manu. Sus apellidos son Hernández y Ginóbili y sus caminos siempre estuvieron predestinados a cruzarse. En una ciudad que solo reza letanías naranjas como Bahía Blanca, el básquet los unió y la vida jamás los separó.

Ginóbili era un pibe y Sergio...también. En esa época los dos se nutrieron de diferentes conocimientos. Uno de esos se dio en el club que los juntó. "Manu me mejoró mucho. Cuando yo trabajaba en Bahiense del Norte, tenía 21 años y era entrenador, él tenía 10 años y era mi profesor de computación. En ese momento no existía Windows o los sistemas operativos de hoy. Él me enseñaba a manejar la computadora y de tal manera me lo enseñaba que me daba deberes para hacerlos en mi casa y al otro día yo tenía que practicar lo que él me decía”, contó Oveja en Súper Deportivo Radio.

En ese momento el que después sería jugador de los Spurs ya demostraba su capacidad para destacarse en otros ámbitos fuera del básquet. Desde la tecnología hasta los idiomas y mucho más, el zurdo todavía mantiene esas pasiones. 

Emocionado, la reflexión final de Hernández fue contundente: “Manu siempre te deja algo. Yo no sé si como entrenador le dejé algo. Ojalá que le haya quedado algún concepto mío que le haya llegado de manera especial. De igual manera creo que ambos nos dejamos mucho afecto y respeto que al final es lo más importante". 

¿Su cierre? Gigante: "Me gustaría que él tenga más una imagen mía de buena gente que de entrenador". 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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