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A lo largo de sus nueve temporadas en la NBA, Draymond Green se enfrentó a muchas de las leyendas de la liga, desde LeBron James hasta Kevin Durant y Kawhi Leonard, entre otros. Pero cuando llegó al profesionalismo como un novato de ya 22 años, el de los Warriors solo idolatraba a Kobe Bryant y Grant Hill, sus héroes de siempre. 

El exjugador de los Lakers lo sorprendió desde la primera vez que lo vio y aquella noche presenció que la ética del escolta no era un cuento. 

"Creo que lo que más me llamó la atención de enfrentarme a Kobe esa primera vez fue su calentamiento previo al partido. Terminé el mío temprano. Como novato, llegás como a las 15:30, 15:45 para un juego de las 19:30. Tan pronto como terminé mi entrenamiento, él venía a la cancha y eran las 16:00, ¡tres horas antes!", recordó Green una conferencia de prensa de los Warriors.

"Me senté y vi todo su entrenamiento dándome cuenta de por qué se ejercitaba durante tanto tiempo. Se entrenó durante unos 40 minutos. Y me senté allí y miré toda la práctica. Para cuando terminé de verlo, me perdí la sesión de pesas, mi tratamiento...", siguió el interno, con una mirada que denotaba admiración.

"Personalmente ese fue un momento en mi vida en el que sentí que nada más me importaba en ese momento". Un periodista curioso le preguntó al final del relato si valió la pena perderse sus propias actividades por verlo. Su respuesta se lanzó con velocidad.

"100%. Nada pudo reemplazar ese instante. Fue genial". 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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