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Kobe Bryant era conocido por jurar venganza contra adversarios que cruzaban cierta línea de respeto hacia él. Declaraciones, trash talk o incluso golpearlo eran algunos activadores para que Kobe se lo tomara personal. Una vez, tuvo problemas con el alero Mike Miller, en la que el escolta legendario no se contuvo para la revancha.

Miller relató la historia de cuando él y Bryant se pelearon. Si bien no tenía la intención de lastimar a Kobe, entendió por qué Kobe le estaba guardando cierto rencor tras ese encuentro. Lo que el campeón de la NBA con Miami Heat no se esperaba, sin embargo, era que le devolvieran el golpe con la misma moneda.

“Fui hacia el aro, me hicieron falta y en el movimiento le pegué en el ojo. Le tuvieron que dar puntos y estaba caliente. En los libres me amenazaba con que me la iba a devolver, mientras yo trataba de explicarle que nunca fue intencional. Pero era un hombre de palabra. Jugada siguiente, luego de haber tenido los puntos y todo, estaba de vuelta yendo al aro y sentí un golpe tremendo. Me sacó el esófago. Me dolió más que cualquier otra cosa por la que haya pasado”, dijo Miller.
 

Kobe y Miller arreglaron las cosas rápidamente. Miller era agente libre y se estaba preparando para unirse a Miami Heat. Bryant lo llamó y le dijo que fuera a Los Angeles. El equipo no llegó a buen puerto con él, pero esto era evidencia irrevocable de que la situación ya estaba en el pasado. Bryant tenía razón: Miller era importante en un contender. Fue una parte fundamental de los títulos consecutivos del Heat en 2012 y 2013, y definitivamente podría haber sido de ayuda a los Lakers de Bryant en los Playoffs.