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En un movimiento que sacudió por completo a la NBA, Dallas Mavericks decidió desprenderse de Luka Doncic y enviarlo a Los Angeles Lakers a cambio de Anthony Davis. La decisión dejó atónitos a los aficionados texanos, que vieron cómo su máxima estrella y el rostro de la franquicia tomaba otro rumbo apenas meses después de haber alcanzado las Finales de la liga.

Sin embargo, el gerente general de los Mavericks, Nico Harrison, justificó la operación con un argumento claro: la necesidad de reforzar la defensa. "Creo que la defensa gana campeonatos", declaró a ESPN. "Conseguir a un pívot All-NBA y All-Defensive con mentalidad defensiva nos da una oportunidad mejor. Estamos construidos para ganar ahora y en el futuro", agregó.

El traspaso no solo responde a la apuesta de Dallas por Davis, sino también a la creciente preocupación dentro de la franquicia sobre la condición física de Doncic y su futura renovación contractual. Según informó Tim MacMahon, de ESPN, la gerencia texana tenía "importantes preocupaciones" por los problemas físicos recurrentes del esloveno.

Además, la franquicia se encaminaba hacia una extensión supermáxima de cinco años y 345 millones de dólares. La idea de comprometerse a largo plazo con un jugador que ha lidiado con lesiones y dificultades para mantenerse en forma generaba dudas dentro de la organización.

En el trasfondo de esta decisión también se encuentra la estrategia de los Mavericks para competir de inmediato. Con Davis, Kyrie Irving y Klay Thompson como principales figuras, Dallas apuesta a la experiencia y el talento defensivo para intentar dar el golpe en una Conferencia Oeste altamente competitiva.

No obstante, la edad de estos jugadores —Davis (32 años), Irving (33) y Thompson (35)— contrasta con el potencial a futuro que representaba Doncic, quien con apenas 25 años ya ha sido cinco veces All-Star y ha liderado al equipo en múltiples instancias decisivas, incluidas las Finales de la NBA en 2024.