NBA

Kevin Johnson, líder dentro de la cancha y alcalde fuera de ella

10:59 18/02/2021 | Fue una estrella en su época como jugador de los Suns, un símbolo de la franquicia de Arizona y tras el retiro dedicó su vida a su otra pasión, las ciencias políticas.

Kevin Johnson talento y personalidad en su época como jugador (Foto: Getty)

Kevin Johnson tuvo un rasgo de personalidad que sobresalió la media de jugadores de la NBA, desde muy temprano cuando entró en la liga se supo que no iba a pasar como uno más y así lo sostuvo a lo largo de sus trece años como profesional. A pesar de que es uno de los tantos que se fueron sin conocer la gloria con el anillo, se puede aseverar que fue una superestrella en su puesto y uno de los máximo ídolos en Phoenix Suns.

Pero que un ser humano forje una personalidad tan marcada tuvieron que haber pasado cosas antes que fueran moldeando su carácter, más allá de lo que se trae por genes y una de ellas fue la de tener que crecer sin su padre, quien trágicamente murió ahogado durante una excursión por el río Sacramento cuando él apenas tenía tres años de edad y su madre, sumida en un dolor tan grande, tuvo que dejar recaer bastante la crianza del niño en sus abuelos George y Georgia.

Oak Park es un barrio de los suburbios de Sacramento, que en aquel tiempo, a fines de los años 70 estaba  tomado por la droga y la delincuencia y como en cualquier país o ciudad donde estalla ese flagelo, la educación te puede poner de un lado del mostrador o del otro y para ello mucho tiene que ver el entorno. “La familia hace la diferencia”, indicó Kevin en una entrevista y luego agregó: “Mis abuelos me enseñaron que tenían en casa un lugar donde conseguir amor, apoyo, estímulo y consejo dentro de un hogar. Desde ya que hubo momentos más difíciles que otros en casa, pero contaban con la contención necesaria para pasar las turbulencias, algo que en muchos casos mis amigos no tenían”.

La duda entre dos grandes

El béisbol y el básquetbol juntos a la par en su niñez y adolescencia, el entusiasmo por el deporte y la competencia lo ponían con la mente enfocada en otra cosa y para su apoyo, su abuelo George estimuló a Kevin cuando niño con el ajedrez para ayudarlo a pensar mejor. Estas dos disciplinas populosas en Estados Unidos se le daban muy bien, su madre fue una gran jugadora de Softball y por ello que Kevin tenía una predilección por el beisbol.

Tal fue así que estando en su tercer año de universidad los Oakland Athletics, un equipo de la ciudad donde vivía K.J, lo invitó a participar del campamento de verano para sumarse a las ligas mayores de Béisbol, dejando de lado el básquet donde también se destacaba por completo en la Universidad de Berkeley, siendo por ejemplo el líder histórico de asistencias, puntos y robos.

NBA, un prospecto con juego y personalidad

Tras la negativa al béisbol, al año siguiente llegó el saltó a la NBA, Cleveland lo seleccionó en el puesto 7 del Draft de 1987 como suplente de Mark Price, quien había llegado un año antes a la NBA y en quien la franquicia se apoyaba mucho como para dar el salto a superestrella del equipo. K.J mostró sus credenciales de líder y corría muy de cerca a Price en la lucha por la titularidad, jugaba con mucha personalidad y sin duda que era una buena pieza para los CAVS. A pesar de esto, Cleveland en busca de mejorar su equipo fueron por Larry Nance, jugador de Phoenix y entregaron a su nueva joya, Kevin Johnson para seguir confiando en Mark Price.

Arizona, la tierra prometida

En Phoenix desarrolló ese gen competitivo y de liderazgo positivo a través de once temporadas, siendo hoy en día una leyenda de los Suns (12 temporadas con 18.7 puntos y 9.5 asistencias). A pesar de haber soportado lesiones, nunca dejó de ser un caudillo para su equipo y el punto más alto que vivió junto con la franquicia, fueron aquellas finales recordadas ante los Bulls de Michael Jordan en 1993, en un equipo de Phoenix que lo tenía a él y a Charles Barkley como las figuras estelares junto a otros importantes jugadores como Tom Chambers, Dan Majerle, Danny Ainge o Richard Dumas.

John Paxson con su bombazo tiró por la borda aquella posibilidad de anillo para K.J y si bien fue una frustración fuerte, nunca dejó de tratarse de algo deportivo, por eso que a la par del básquetbol la vocación por ayudar y realizar acciones benéficas siempre fueron la segunda actividad del armador y lo que le iba abriendo el espacio para lo que vendría en el futuro, su otra pasión  las ciencias políticas, escuchando y siempre intentando de ayudar al prójimo. Para llevar adelante e ir vivenciando con experiencias propias, Kevin utilizó cada minuto libre para preguntar, para ser curioso y saber cómo vivía la gente en las diferentes ciudades de los Estados Unidos, donde viajaba con su equipo cada vez que le tocaba jugar de visita.

El Alcalde Johnson

Saint HOPE (Helping Others Pursue Excellence) fue su fundación y la que dio el puntapié  a soñar en grande en su Sacramento natal. “Siempre puse mi energía por fuera del básquet a ayudar a los demás y con St. HOPE nos centramos en revitalizar Oak Park a través de la educación pública, desarrollo económico, liderazgo cívico y el arte, una gran enfoque holístico que hicimos con esa fundación y a la cual me dediqué durante toda mi carrera en la NBA”, contó Johnson en una entrevista siendo Alcalde de Sacramento.

Su vocación por ayudar provino desde el seno familiar, con los pensamientos de su abuelo, un vecino altruista de Oak Park que siempre estaba al pie de cañón para echar mano a la gente del barrio. Y a partir de estas cosas, KJ siempre tuvo claro: “Ser una atleta en la universidad es solo una pequeña parte de lo que significa ese establecimiento. Para mí siempre fue moneda corriente salir de la cancha de básquet e ir a la biblioteca y quedarme hasta la medianoche leyendo como cualquier estudiante común, allí estaban los verdaderos desafíos para mí y en donde debía esforzarme el doble para poder tener el título que quería”.

La curiosidad, el despertar desde el pensamiento, el ver más allá lo convirtió no solo en un gran atleta, un gran basquetbolista que por poco no es miembro del Salón de la Fama y bien podría serlo, sino que lo llevó hasta lo más profundo de su sentir, ayudar a su gente y para ello se metió de lleno en la política una vez retirado y vuelto a Sacramento en el 2001.

Sobre su nueva faceta, Kevin hizo una comparación peculiar entre la NBA y la política: “Cuando jugaba recibía y tiraba codazos y muchas pensaba que a veces el básquet era un juego sucio, pero la política es aún más sucia y tiran más codazos que en un partido de NBA y muchas veces de manera innecesaria”.

Se puede ser estrella de la NBA y tener inquietudes, se puede ser bueno en el básquet, pero no por eso no soñar con un título académico además del anillo de campeón.

Kevin Johnson el hombre que siempre quiso más y supo que para liderar era mejor hacer que decir.

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @osoresmauro

 

Etiquetado como:

Compartir