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En épocas de traspaso como esta de la NBA es cuando se demuestra más que nunca que es un negocio. Por caso, Chris Paul se enteró de su salida de Phoenix cuando bajó de un avión. Pero la experiencia de Walter Herrmann es un poco más llamativa, ya que se dio cuando estaba a minutos de jugar un partido con los Bobcats.

En diciembre de 2007, luego de una buena temporada rookie en Charlotte, con 9.2 puntos y una elección al mejor debutante del mes, Herrmann llevaba 17 juegos en la temporada 2007-08 y fue cambiado a Detroit.

En una nota con Málaga Hoy, repasó ese momento por demás de raro: “Yo estaba empezando el calentamiento de un partido y me paró el presidente de Charlotte para decirme que me habían traspasado a Detroit. Al día siguiente, a las nueve de la mañana, tenía un vuelo”.

A su vez, agregó que no tuvo que hacer nada más que viajar: “Evidentemente, es un trastorno para todo el mundo. Pero ese día yo cogí el vuelo y no me tuve que preocupar de nada más. Se encargaron de la mudanza, de todo”.

En ese momento, Walter se quedó con la espina de seguir en los Bobcats: “Me hubiese encantado poder haber seguido jugando teniendo minutos. Si hubiese tenido minutos, me quedo hasta que me echen a patadas. Estuve año y medio en Charlotte; fiché por uno más uno y, como termino jugando, me terminaron aceptando la extensión. Y a mitad de ese año me mandan a Detroit”.