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La reciente destitución de Mike Brown como entrenador de Sacramento Kings ha reavivado el debate sobre la inestabilidad en la dirección técnica de la NBA. Brown, quien había sido nombrado Entrenador del Año en la temporada 2022-23, fue despedido tras un inicio decepcionante en la actual campaña, con un récord de 13 victorias y 18 derrotas.

Este despido marca un nuevo capítulo en una tendencia que solo desafia por ahora el ganador de 2020-21, Tom Thibodeau y logicamente el más nuevo, Mark Daigneault de OKC. El resto de los premiados con el COY (Coach of the Year) en los últimos 7 años terminaron despedidos de sus equipos. El primero de esta racha, Mike D’Antoni, despedido por Houston.

A lo largo de las últimas temporadas, el fenómeno de despedir a entrenadores galardonados ha sido notable. Dwane Casey, por ejemplo, fue destituido por los Toronto Raptors justo después de ser nombrado mejor entrenador en 2018, a pesar de haber llevado al equipo a un récord histórico.

Nick Nurse, quien sucedió a Casey y ganó el anillo con los Raptors en 2019, también se unió a esta lista tras una eliminación decepcionante en el play-in. Mike Budenholzer ganó el premio antes que Nurse por su tarea en los Bucks en la 2018-19, su final en Milwaukee llegaría en 2023, dos temporadas luego de ganar la NBA.

Monty Williams, ganador en la 2021-22 fue despedido no una, sino dos veces. La primera, una temporada luego de llevar a los Suns a las Finales de la NBA y la segunda dirigiendo a unos Pistons en reconstrucción y aún teniendo un contrato de 80 millones que se extendía seis temporadas.

Bien lo explicó Mike Malone, entrenador de Denver, ante la reciente salida de Brown: "Como entrenador NBA las culpas siempre son para ti. Cuando ganas es por Sabonis y Fox, pero cuando pierdes es culpa de Mike Brown. Eso es lo que funciona ahora mismo".

Pablo Catalá / [email protected] 
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