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La rivalidad entre Magic Johnson y Larry Bird marcó una era dorada en la NBA, convirtiéndose en un emblema del básquet. Un 28 de diciembre de 1979, en un enfrentamiento entre los Lakers y los Celtics, estos dos jóvenes talentos se encontraron por primera vez en el profesionalismo, tras sus batallas en NCAA. El duelo no solo fue un hito para sus carreras, sino también el inicio de una rivalidad que transformaría a la NBA, revitalizando una liga en decadencia y proyectándola a niveles globales de popularidad.

El contexto de la liga en 1979 era sombrío. Con índices de audiencia bajos y equipos sin figuras capaces de atraer grandes multitudes, la NBA enfrentaba una crisis de relevancia. En ese panorama emergieron Magic y Bird, quienes representaban estilos y filosofías opuestas: el espectáculo brillante de Los Angeles Lakers frente al carácter aguerrido de Boston Celtics. Ese primer enfrentamiento profesional no solo puso en evidencia sus diferencias, sino también el impacto inmediato que tendrían en sus equipos y en la liga.

El juego terminó con victoria para los Lakers por 123-105, en gran parte gracias al aporte de Magic Johnson, quien mostró su versatilidad con 23 puntos, 8 rebotes, 6 asistencias y 4 robos, evidenciando su capacidad para influir en todas las facetas del juego. Por el lado de los Celtics, Larry Bird tuvo una actuación más discreta, registrando 16 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 4 robos, destacándose principalmente en defensa. Mientras Magic lideraba con dinamismo y creatividad, Bird dejaba entrever su inteligencia táctica y su capacidad para hacer jugar a su equipo.

Las carreras de ambos jugadores tras ese primer duelo tomaron caminos legendarios. Magic Johnson se convirtió en el líder de los Lakers, guiando al equipo a cinco títulos de la NBA en los años 80 y ganando tres premios MVP de temporada regular. Por su parte, Larry Bird lideró a los Celtics a tres campeonatos, fue nombrado MVP en tres temporadas consecutivas y se consolidó como uno de los jugadores más completos de la historia. Juntos protagonizaron tres finales de NBA (1984, 1985 y 1987), llevando la rivalidad entre los Lakers y los Celtics a su máximo esplendor y dejando una marca imborrable en el deporte.