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Oklahoma City Thunder está escribiendo su propia Biblia defensiva en estos playoffs 2024/25, y lo está haciendo a puro candado. En un contexto donde las ofensivas mandan, el equipo de Mark Daigneault decidió ir a contramano y construir victorias desde atrás. Ya se adelantó 2-0 ante Minnesota en la Final del Oeste con una autoridad que no deja lugar a dudas. Shai Gilgeous-Alexander es el rostro visible del éxito, pero la verdadera estrella silenciosa es el entramado defensivo que convirtió al Thunder en una muralla de cemento armado.

El plan es simple en el papel, pero brillante en la ejecución: cerrar la pintura y empujar a los rivales a tomar los tiros que no quieren. Contra los Timberwolves, lo están haciendo a la perfección. Apenas 20 puntos permitidos en la zona pintada en el primer partido y una efectividad rival de 28.2% en triples en el segundo. Figuras como Julius Randle y Donte DiVincenzo quedaron reducidas a sombras, y hasta Anthony Edwards tuvo que batallar por cada punto, lanzando 1 de 9 en triples pese a sumar 32 unidades en el juego 2.

La base del sistema está en su columna vertebral interior: Chet Holmgren e Isaiah Hartenstein. El flaco de porcelana se transformó en un gigante de acero, promediando 9.5 rebotes y 2.2 tapas por noche en la postemporada, mientras que el alemán aporta músculo y 8.8 rebotes por juego. Juntos no solo secan la pintura, también cortan segundas oportunidades y generan transiciones. Contra Memphis los demolieron desde el minuto uno; ante Denver, se turnaron en la defensa de Jokic, mostrando alternativas y modos distintos.

La defensa del Thunder no solo resiste, sino que impulsa. En el juego 2 ante Minnesota forzaron nueve robos y convirtieron 16 puntos al contragolpe, una muestra clara de cómo cada acción defensiva está pensada para alimentar su ofensiva. Incluso en noches flojas desde el triple, como la última (27.3%), su intensidad atrás les permite marcar la diferencia. La defensa se convierte en ataque, y el ataque en confianza. Todo parte de un compromiso colectivo difícil de encontrar a este nivel.

Y no hay que olvidarse del perímetro, donde Lu Dort –recientemente elegido al Primer Equipo All-Defensive– lidera una patrulla de elite junto a Alex Caruso y Jalen Williams. Este último, además de sumar robos y acciones clave en ambos costados, se ha vuelto un comodín táctico para Daigneault. El técnico, que parece estar dirigiendo con una copia personalizada del “Manual del buen cerrojo”, está sacando lo mejor de cada pieza para construir una defensa que ya tiene el mejor rating de estos playoffs (101.2), con una ventaja de casi siete puntos sobre el segundo.

En un Oeste plagado de talento ofensivo, Oklahoma City eligió defender para dominar. Su mezcla de juventud, intensidad y ejecución táctica recuerda a los grandes equipos que marcaron época. Si esta sinfonía atrás se mantiene, no solo podrán cerrar la serie ante Minnesota con autoridad: también podrían empezar a soñar con escribir un nuevo capítulo glorioso en la historia de la franquicia. Por lo pronto, la defensa del Thunder no solo gana partidos. También impone respeto.