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A lo largo de la historia de la NBA, ha habido temporadas extraordinarias que, sorprendentemente, no fueron recompensadas con el premio al Jugador Más Valioso (MVP). Uno de los casos más recientes y destacados es el de Nikola Jokic en la temporada 2024-25, donde promedió un triple-doble de 29.6 puntos, 12.7 rebotes y 10.2 asistencias, siendo el primer jugador que no es base en lograr tal hazaña, y aun así quedó segundo en la votación detrás de Shai Gilgeous-Alexander. Jokic también vivió una situación similar en 2022-23 cuando perdió el MVP ante Joel Embiid, a pesar de promediar números casi únicos con una eficiencia impresionante.

Esta tendencia se ha repetido con otras leyendas del baloncesto. Michael Jordan, considerado por muchos como el mejor de todos los tiempos, tuvo varias temporadas dignas de MVP que no fueron reconocidas como tal. En 1986-87, Jordan promedió 37.1 puntos por partido, el promedio más alto en la historia moderna fuera de Wilt Chamberlain, pero perdió ante Magic Johnson. A pesar de sus estadísticas completas, incluyendo robos y tapones, los votantes no lo favorecieron, principalmente debido al rendimiento medio de su equipo. Lo mismo ocurrió en 1988-89 y 1989-90, años en los que Jordan lideró la liga en anotación y mostró dominio en ambos lados de la cancha, pero no se le otorgó el galardón.

Otro caso notorio es el de Shaquille O’Neal en 2000-01. En su mejor forma, promedió 28.7 puntos, 12.7 rebotes y casi 3 tapones por partido, pero fue superado por Allen Iverson. Shaq se mostró frustrado con el sistema de votación, argumentando que si él lanzara tanto como Iverson, podría anotar 100 puntos por noche. A pesar de su dominio absoluto en los playoffs y los títulos obtenidos, O’Neal solo ganó un MVP en toda su carrera, lo cual refleja cómo su grandeza fue tan evidente que los votantes pasaron por alto su impacto regular.

LeBron James también aparece varias veces en esta lista, particularmente por sus campañas de 2005-06 y 2017-18. En la primera, siendo apenas un joven de 21 años, promedió más de 31 puntos con excelentes números en asistencias y rebotes, pero fue superado por Steve Nash. En 2017-18, a pesar de su impacto completo en un equipo plagado de lesiones, quedó por detrás de James Harden. 

Finalmente, no se puede hablar de injusticias en la votación al MVP sin mencionar a Wilt Chamberlain. A pesar de tener temporadas que parecen imposibles —como la de 1961-62, donde promedió 50.4 puntos y 25.7 rebotes por partido— no ganó el MVP, que fue otorgado a Bill Russell. Chamberlain tuvo varias campañas con números históricos que no fueron premiadas, principalmente porque el voto era de los propios jugadores y no de los medios, lo cual introducía sesgos. Aun así, hoy en día muchas de esas temporadas son consideradas entre las mejores jamás vistas, aunque no hayan sido reconocidas oficialmente con el trofeo de MVP.