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Fabricio Oberto fue uno de los jugadores más importantes de la Generación Dorada. Si bien nunca tuvo un juego vistoso y sobresaliente, fue el complemento ideal de Luis Scola en el juego interno. Fue ese pivote que tanto le costó encontrar a Argentina y que además, hoy, sigue siendo un problema sin resolver.

El oriundo de Las Varillas se dio el gusto de llegar a la NBA a sus 30 años luego de pasos exitosos por Grecia y España. En la temporada 2005/06 desembarcó en la mejor liga del planeta de la mano de San Antonio Spurs, ni más ni menos. Una de las franquicias más importantes y en uno de los mejores momentos, cuando contaba con su tridente ganador. Había un conocido de Oberto, su compatriota Manu Ginóbili.

Oberto llegó de la mano de Gregg Popovich y el entrenador siempre mostró su respeto y admiración por el trabajo que hacía el interno argentino.

Así fue que el entrenador de los Spurs lo elogió de una manera insólita y particular, con la sinceridad que siempre lo identificó. “No sé si entenderán el chiste en Argentina, pero yo creo que Fabricio Oberto es el mejor peor jugador. Su tiro es malo, definitivamente no puede picar y es torpe con el balón. Pero siempre está donde tiene que estar, toma buenos rebotes y es consistente en defensa”, le dijo Gregg a ESPN en una entrevista de esa época.

“Fue realmente un líder, y uno de los más grandes competidores que tuvo el juego a nivel internacional en su historia. Tal vez nunca fue el mejor jugador, pero siempre fue el mejor compañero”, recordó RC Buford en una conferencia de prensa. No hacen falta más ejemplo, Oberto fue, es y será leyenda. Por siempre y para siempre.