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El pasado draft no generaba grandes expectativas, pero varios jugadores sorprendieron con un rendimiento superior al esperado. Sin embargo, no todos corieton con la misma suerte. Un caso preocupante es el de Cody Williams, seleccionado en la décima posición por Utah Jazz, cuyo desempeño ha sido decepcionante, especialmente en términos de efectividad en el tiro.

Williams, hermano menor de Jalen, llegó a la NBA con credenciales prometedoras tras su paso por Colorado. Utah Jazz apostó por su talento y potencial físico, esperando que se convirtiera en una pieza clave para el equipo. No obstante, su bajo rendimiento ha superado incluso los peores pronósticos, al punto de que ha tenido que alternar con la G-League, algo impensado cuando fue drafteado.

Su falta de confianza, problemas tácticos y pésimos porcentajes de tiro lo han convertido en una de las mayores decepciones del Draft. Con apenas un 32,3% en tiros de campo y un 25,9% en triples, su futuro en la liga es incierto. Si no muestra una mejora significativa en su juego, su destino podría estar fuera de la NBA, con la posibilidad de continuar su carrera en la G-League o emigrar a ligas de Asia o Europa. 

Varios jugadores de este draft no están cumpliendo con todas las expectativas. Risacher y Sarr tienen buenos rendimientos de manera esporádica y Stephon Castle es, probablemente, el gran rookie de esta camada.