Los Angeles Lakers eran nuevamente el gran cuco en esta temporada tras coronarse en la burbuja de Orlando. Un arranque arrasador le volvió a dar ese mote, sin embargo, con el paso de los partido se fue pinchando y uno de los grandes motivos es el cansancio de su cuadro principal y, entre ellos, LeBron James.
El director técnico de la franquicia, Frank Vogel, tuvo durante sus primeros dos años al frente del equipo un privilegio que pocos o nadie tiene: una estrella capaz de estar los 48 minutos de juego en cancha y ser determinante. Ese era el caso del Rey, pero en el ciclo actual su cantidad de tiempo sobre el parqué se vio reducida y eso se planteó como un desafío.
En promedio, LeBron juega un poco más de 34 minutos por partido y el tiempo restante supone un problema para unos Lakers que vienen en baja desde las lesiones de Dennis Schroeder y Anthony Davis, que eran los que tomaban la posta en esos momentos donde la estrella principal se tomaba un descanso.
Las tres derrotas consecutivas que encadenaron desde la falta de ambos jugadores hizo que Utah Jazz se escape en la tabal de posiciones y ya esté cuatro juegos por encima de los dirigidos por Frank Vogel. De todos modos, el DT no tiene pensado arriesgar demás a su figura y expresó que todavía buscan formas de aligerar sus cargas.
LeBron, por su parte, apela a su profesionalismo para justificar que está listo para lo que el entrenador considere y si eso significa estar todo el partido sobre el parqué, también puede hacerlo. "Nunca he pedido tiempo libre. Llevo cinco, seis o siete años escuchando que necesito descansar. Todavía estoy fuerte. Mi trabajo es salir cuando esté disponible. Cuando esté sano, saldré a jugar. Sólo estoy haciendo mi trabajo y estoy tratando de hacerlo a un alto nivel. Tener amor por el juego y poder estar disponible para mis compañeros es más importante que cualquier otra cosa", sentenció.
Pese a la buena voluntad del jugador, el agotamiento mental y físico quedó demostrado en el último partido. Los Lakers cayeron en manos de Washington Wizard, uno de los peores equipos de la temporada, y el Rey tuvo el número máximo de pérdidas en lo que va del ciclo con 7. Además, las decisiones que tomó en los minutos finales, dónde se definió el partido no fueron las acertadas, lo que en un jugador como él no se ve a menudo.