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Toni Kukoc, la prodigiosa e histórica joya balcánica

21:26 20/05/2020 | Lo ganó todo en Europa y en la NBA. Brilló en Jugoplastika y acompañó a Jordan en tres de sus seis campeonatos. Un viaje a la historia de Toni Kukoc.

Kukoc ante Jazz (Foto: NBA)

El eslabón oculto, la rueda de auxilio, el jugador de las sombras. Siempre infravalorado en Estados Unidos y adorado en Europa. Su nombre es Toni Kukoc y desde que tocó una pelota de básquet hizo magia con esa infalible zurda que le permitió hacer toda clase de acrobacias a su propio ritmo, sin más armas que su inteligencia y una lectura de juego prodigiosa. No era el más rápido, ni el que más saltaba, pero, en su mente, siempre estaba adelantado al resto. 

Toni nació en Split, Croacia, un 18 de septiembre de 1968. Su papá trabajaba en un barco, mientras que su mamá era oficinista de medio tiempo. La ciudad en la que creció se encontraba en la costa del mar adriático y, gracias al favorable clima, los deportes al aire libre siempre fueron parte de su vida. El fútbol y el básquet eran de sus deportes predilectos, pero su disciplina preferida era el ping pong. 

Curiosos inicios

En el deporte de la pequeña pelota el croata era único y tenía una habilidad especial que le permitió ser campeón del país desde los ocho hasta los 12 años de edad. Todo cambió cuando cumplió 16, debido a que creció considerablemente. En ese momento, Toni se decidió por el básquet y su lucha por ser uno de los mejores del viejo continente comenzó rápidamente. 

Esa etapa fue clave y con tan sólo 16 años ingresó al escenario mundial del básquet tras un partido ante el Estados Unidos de Larry Brown. Toni jugó para el seleccionado de Yugoslavia en el Mundial U20 de Bormio, Italia, y en ese enfrentamiento la rompió toda, anotando 37 puntos y demostrando desde pequeño la facilidad que tenía para ocupar múltiples posiciones en ataque. 

A partir de eso llegó lo mejor y la pantera rosa firmó con Jugoplastika Split en la temporada 1985/86, cuando apenas tenía 17 años. Su primera temporada en el equipo fue de transición, pero a partir de la segunda campaña llegó la explosión y aquel flaco zurdo se convirtió en un componente importante. A su vez, en ese mismo año, el croata ganó la medalla de bronce en el EuroBasket con la selección de Yugoslavia.  

La sana costumbre de ganar 

Nada parecía superar el gran momento de Kukoc, pero apareció la campaña 1987/88 y el croata se llevó la Liga Nacional con Jugoplastika y la plata en los Juegos Olímpicos con Yugoslavia, en donde los balcánicos cayeron ante la URSS. A partir de la 1988/89 empezó la verdadera leyenda y el de Split consiguió la triple corona al ganar la Euroliga, la Liga Nacional y el oro en el EuroBasket con Yugoslavia. ¿Nada mal para el exjugador de ping pong no? 

En la temporada siguiente volvió a ganarlo todo (Liga Nacional, Copa y Euroliga), en un equipo de Jugoplastika en el que estaban leyendas como Zoran Sretenovic, Dusko Ivanovic, Dino Radja, Petar Naumoski y Velimir Perasovic, entre otros. Por si eso fuera poco, Toni se consagró campeón del mundo con Yugoslavia ese mismo año, demostrando que ya era uno de los jugadores más dominantes de todo el continente. 

Finalmente, en la temporada 1990/01 volvió a ganarlo todo y se despidió de Jugosplastika con la triple corona, siendo elegido MVP de la Euroliga tras derrotar una vez más al Barcelona en la final. Además, en ese periplo los Bulls lo seleccionaron en el Draft de la NBA de 1990, en el pick 20 de la segunda ronda.

Luego llegó su experiencia en la Benetton Treviso de Italia, en donde salió campeón del torneo local en la 1991/92 y campeón de la Copa en 1992/93. Europa, desde hace mucho, ya le quedaba chica y tenía que irse al continente americano. 

Destino: América 

Su llegada a la NBA se produjo en la temporada 1993/94, cuando tenía 25 años. Sus primeros roces con Michael Jordan y Scottie Pippen no habían sido los mejores, pero era uno de los protegidos del gerente general de Chicago, Jerry Krause, y estaba listo para demostrar que era mucho más que un blando europeo. Su debut fue muy bueno, pero el equipo sufrió el retiro de Michael Jordan y cayó en playoffs ante New York Knicks. Junto con ello, su país logró la de bronce en el Mundial de 1994. 

En la 1994/95 las cosas comenzaron a cambiar, tanto para Kukoc como para los Bulls. El responsable fue Michael, quien regresó a la NBA (y a Chicago) tras una breve experiencia en el béisbol. El primer lapso con Jordan no fue el ideal, ya que los de la ciudad del viento volvieron a caer en playoffs, esa vez ante Orlando Magic. 

La realidad definitiva se cambió en la campaña 1995/96, en la que los Bulls tuvieron una de las mejores temporadas de la historia, consiguiendo 72 victorias y apenas 10 derrotas en la regular y el anillo en playoffs, y con Kukoc a un nivel impresionante, siendo elegido el mejor sexto hombre de la NBA. Las otras dos temporadas el equipo fluyó como el agua en un río y Chicago consiguió dos campeonatos más tras vencer en dos oportunidades consecutivas a Utah Jazz. 

El último baile

La última danza de los de Phil Jackson terminó con un broche dorado y en la temporada siguiente todo se terminó. El croata debió salir por la puerta de atrás y, después de seis años y medio en el equipo, fue traspasado a Philadelphia Sixers, en donde volvió a ocupar el rol de sexto hombre. Desafortunadamente, los minutos de Kukoc fueron decayendo y, antes de que finalice la 2000/01, fue nuevamente canjeado, esa vez a Atlanta Hawks.

Con las águilas tuvo una buena temporada y disputó grandes partidos tanto en la 2000/01 como en la 2001/02. Pero en la campaña siguiente fue otra vez traspasado y quien lo recibió fue Milwaukee Bucks. Con 38 años y 13 lustros de experiencia en la liga, el papel de Toni fue ceremonial y mucho no pudo aportar más allá de sus consejos y vivencias. 

El legado definitivo

Finalmente el zurdo dijo basta al terminar esa etapa con Milwaukee y se estableció en Chicago, su hogar hasta la actualidad. Allí se mantiene con su amor desde la secundaria, Renata, y con sus dos hijos, Marin y Stella, que también salieron deportistas. Encontró en el golf una nueva pasión y hasta se animó a decir que en esa disciplina es mejor que Jordan. Del básquet poco y nada, pero no necesita más que reírse y recordar los títulos de una trayectoria inmensa pintada en óleo con su prodigiosa mano izquierda.  

 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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