NBA

Cuando Jordan volvió del retiro para humillar a un novato de Bulls

16:38 19/05/2020 | Corey Benjamin le dijo a Randy Brown que podía vencer fácilmente a Jordan. Unos días después apareció Michael listo para enfrentarlo.

Jordan y Benjamin

El mejor truco del diablo fue hacerles creer a todos que estaba muerto. Michael Jordan no era él, pero sí tenía esa virtud de aparecer y desaparecer a su antojo. Lo hizo luego de retirarse para jugar al béisbol y lo volvió a hacer tras una prolongada pausa después de ganar el sexto anillo con Chicago Bulls. Pero lo que pocos saben es que, en medio de todo eso, el 23 regresó de su descanso para darle una lección a Corey Benjamin, uno de los novatos del equipo que arribó para la etapa de reconstrucción posterior a los campeonatos de los 90. 

Resulta que Jordan se retiró por segunda vez el 13 de enero de 1999, apenas una semana antes de la finalización del cierre patronal que tuvo lugar en aquella época. El equipo, sin Michael, nunca fue el mismo y la primera temporada sin él los Bulls ganaron apenas 13 partidos. Por su parte, Benjamin tuvo una serie de lesiones en su tobilo y no tuvo la oportunidad de participar en muchos encuentros en esa campaña. 

Por otro lado, Jordan no quería saber nada con el básquet ni con la franquicia de Chicago, ya que estaba enfadado por cómo habían terminado las cosas con los dirigentes del equipo de la ciudad del viento. Se la pasaba fumando habanos, jugando al golf y disfrutando todo lo que no había podido en sus tiempos como jugador. La prensa no lo molestaba y él estaba relajado, sin ningún problema externo.

Ese momento fue la calma que antecedió al huracán y todo cambió cuando Benjamin le dijo a Randy Brown, un excompañero de Jordan, que podía vencer a Michael facilmente. Por supuesto, el exterior le hizo llegar el detalle a MJ y el resto terminó siendo una crónica de muerte anunciada para el pobre Corey. 

El pez por la boca muere y eso le sucedió a Corey. Pantalón de buzo negro, remera blanca Jordan, zapatillas de la misma marca y la característica mirada asesina. Semanas después del comentario, Michael apareció en las instalaciones de Chicago Bulls, listo para darle la paliza de su vida al demente de Benjamin, quien aprendió por carne propia que nunca había que hacerle trash talk a su majestad aérea. 

Bandejas, volcadas, jump-shots y parafernalia. Michael le decía lo que iba a hacer y ni así lo podía frenar. "Vos llegá, yo te enseño", le comentó. Era un coto de caza y Benjamin era el objetivo. Jordan marcaba, disfrutaba y se burlaba mientras señalaba sus seis campeonatos. Corey no sabía dónde meterse, estaba completamente hipnotizado. 

Finalmente, Jordan liquidó el partido con un lanzamiento en suspensión, ordenándole a Benjamin que se siente y exclamando: "Nunca más me saques del retiro para volver a hacer esta mierda de nuevo". 

Llamar al diablo es una cosa, enfrentarlo es otra. Y Michael fue lo más parecido a él dentro de una cancha. O quizás nos engañó a todos y él es el mismísimo demonio. Lengua afuera, ojos rojos y competitividad enfermiza. Todo por ganar, sin piedad y a su merced. 

 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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