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En la NBA, especialmente en la temporada regular, cuando los equipos no ponen tanto énfasis en la planificación defensiva como en los playoffs, es poco habitual ver a un jugador haciendo una marca de seguidor al rival, intentando detener la recepción del balón en todos los sectores de la cancha. 

La caja y uno de los Raptors contra Stephen Curry o la presión al portabalón de Ben Simmons contra algún atacante peligroso son excepciones, no la regla. Pese a eso, Denver y Michael Malone parecen haber desbloqueado esa función para Facundo Campazzo, quien en los últimos dos partidos se convirtió en la alarma que despierta a todos en una larga y plácida noche.

Molestar como tarea principal, denegar el juego fácil y cansar a las estrellas sin hacer muchas faltas, un rol que el argentino cumplió a la perfección contra Trae Young y Damian Lillard, dos de los mejores guardias ofensivos de la liga. En total, el argentino les permitió 7 y 6 puntos respectivamente y les provocó 2 pérdidas, ambas al base de Portland. 

Si bien las estadísticas reflejan que tanto Young como Lillard anotaron con Campazzo como marca primaria (Trae ocupa el tercer puesto entre jugadores que más le convirtieron, a la vez que Damian el quinto) la realidad es que cerró espacios, desgastó y obligó a que los dos prefieran realizar un pase a intentar vulnerarlo. 

Por ejemplo, Young apenas anotó uno de sus tres intentos de tres, permitiéndole al argentino dejar al norteamericano en un 33.3% en triples. En el siguiente partido, contra Lillard, el cordobés no la pasó bien cuando el armador lanzó exteriormente (2/2), pero lo incomodó al punto de provocarle dos pérdidas. Además, durante los 1:48 que Facundo lo defendió, Damian apenas repartió una asistencia. 

El otro punto es cómo el exjugador del Madrid está entendiendo la forma en la que puede defender sin hacer faltas, a pesar de que todavía no se ganó el respeto arbitral (y siempre se lo hacen notar). En total, a Facundo le pitaron 28 infracciones en enero, un número que se está viendo considerablemente reducido en febrero, donde mantiene solo 17.

Se siente el zumbido, pero no se lo ve. ¿Está? ¿No está? La oscuridad es profunda, el ruido rotundo. Pasa por un lado, se va para el otro. "Zzzz", se escucha, no frena, no cesa. Una pieza inmensa y un solo ser vivo muy molesto. No, no es un mosquito, es Facundo Campazzo y lo suyo es un verdadero desparpajo.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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