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Encontré que mi verdadero amor era  
En un domingo azul  
Ella me miró y me dijo  
Yo era el único  
Uno en el mundo  
Ahora encontré a mi chica

Jim Morrison la pronuncia, Facundo Campazzo se identifica. Lo del argentino no es por una persona, sino por un puñado de partidos. En esos domingos azules encontró el botón para prender la luz, el letrero para llegar al sendero, la salida del laberinto... El contraste, atípico, con los otros días es notable y desde que llegó a la NBA solo los números lo pueden explicar.

Domingos azules por el uniforme, también por el crecimiento y el impacto. Cuando el cordobés juega en esos días sus números crecen como las hiedras por las húmedas paredes. En los seis encuentros que disputó en esas fechas, según los datos del entrenador Santiago Belza y del portal Stat Muse, el armador promedió 11.2 puntos, 2.8 asistencias, 1.3 robos y 1.2 robos, lanzando a un 59.3% en triples y 84.6% en libres. 

Gráfico: Stat Muse

La brecha con el resto de los días es abismal y solo los martes las distancias se acortan, promediando esos días 7.2 puntos, 3.4 asistencias y 1.2 rebotes en cinco partidos. ¿Los otros? 2.0 tantos los lunes, 5.5 los miércoles, 1.5 los jueves, 1.7 los viernes y 3.0 los sábados. 

En cuanto a los totales, Campazzo consiguió los domingos 67 puntos, ocho rebotes, 17 asistencias, siete robos, una tapa y 16 triples en 27 intentos. En el aspecto negativo, por otra parte, apenas tuvo cinco pérdidas y 18 faltas en los 118 minutos que sumó esos días. 

Ella es el mundo
Ella es mi chica

Un amor, una entidad, un presente y una realidad. Facundo Campazzo y los domingos, una sola deidad. Confianza y a jugar. Creer o reventar.  

Ignacio Miranda/ [email protected]
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